Испанско-чешская книга-билингва
Sin duda, se sentiría feliz de verla, de oírle contar el largo camino que por él había recorrido, de saber lo tristes que se habían sentido todos desde el día que desapareció.
Jistě se zaraduje, až ji spatří, až uslyší, jak dlouhou cestu prošla pro něho, a až se doví, jak všichni doma truchlili, když se nevracel.
¡Oh, que miedo y que alegría a la vez!
Ó, jak se bála a zároveň radovala!
Y allí estaban ya, delante de la escalera; una pequeña lámpara irradiaba su tenue luz desde un aparador; en el centro del suelo se encontraba la corneja domesticada que movía la cabeza a un lado y a otro sin dejar de mirar a la niña; Gerda le hizo una reverencia, tal como su abuela le había enseñado.
Již byly na schodech; tam hořela malá lampička na skříni. Uprostřed stála na podlaze krotká vrána, otáčela hlavu na všechny strany a prohlížela si Gerdu, která se ukláněla, jak ji tomu babička naučila.
— Mi novio me ha hablado muy elogiosamente de usted, mi querida señorita — dijo la corneja domesticada—. Su currículum vitae, como se suele decir, es realmente conmovedor… Si coge usted la lámpara, yo iré delante, Iremos en línea recta, así no encontraremos a nadie.
„Moje přítelkyně mi o vás vypravovala velmi hezké věci, slečinko,“ řekla krotká vrána. „Vaše životní příběhy jsou rovněž velmi dojemné! Račte vzít lampu a já půjdu napřed. Půjdeme tadyhle tou cestou rovně, zde nikoho nepotkáme!“
— Me parece que alguien viene por detrás de nosotros — dijo Gerda. Sintió como si un rumor pasara junto a ella; algo que parecía proceder de extrañas sombras que se deslizaran a lo largo de los muros: caballos de crines flotantes y patas delgadas, jóvenes vesteidos de cazadores,damas y caballeros cabalgando …
„Mně připadá, že někdo za námi jde!“ poznamenala Gerda. Zaslechla totiž blízko sebe jakýsi šustot, jako by po zdi letěly stíny a pak koně s vlající hřívou a štíhlýma nohama, honci, pánové a dámy na koních.
— Son sólo sueños— dijo la corneja— Vienen a sugerir ideas de caza a nuestros soberanos; tanto mejor, así podrá usted contemplarlos más a gusto mientras duermen. Si le va bien las cosas, espero que se mostrará usted agradecida…
„To jsou jenom sny!“ řekla vrána. „Jedou s myšlenkami naší vznešené vrchnosti na lov. A je tak dobře, aspoň je lépe můžeme pozorovat na posteli. Ale prosím, až se vám dostane hodností a úcty, abyste vždycky projevovala vděčné srdce!“
— Inútil hablar de eso— dijo la corneja del bosque.
„Ale to nestojí za řeč!“ pravila vrána z lesa.
Llegaron al primer salón, tapizado de satén rosa con estampado de flores; los sueños les habían sobrepasado y marchaban tan deprisa que la pequeña Gerda no podía ver ya a los augustos personajes.
I vešly do prvého sálu, jehož stěny byly potaženy růžovým atlasem a vyzdobeny umělými květinami. Tu již šustěly sny kolem Gerdy, ale letěly tak rychle, že ani nespatřila vznešenou vrchnost.
Los salones, a cual más magnífico, dejarían anonadado a cualquiera que los viera; finalmente, llegaron al formitorio.
Jeden sál byl lepší než druhý, až zrak přecházel; konečně se dostaly do ložnice.
Su techo recordaba una enorme palmera con hojas de un cristal maravilloso; en medio de la habitación, engarzados en un tallo de oro, había dos lechos que parecían lirios;
Strop v ní se podobal veliké palmě s listy z drahocenného skla, a uprostřed podlahy visely na tlusté zlaté tyči dvě postele, jež obě se podobaly liliím.
uno era blanco y en él descansaba la princesa; hacia el otro, de color rojo, se dirigió Gerda para comprobar si era Kay el que allí dormía; apartó uno de los pétalos rojos y vio un cuello moreno .. ¡Era Kay!
Jedna byla bílá a v té ležela princezna; druhá byla červená a v té hledala Gerda malého Kaje. Odhrnula jeden červený lupen a spatřila hnědou Šíji. Ó, byl to Kaj!
Le llamó en voz alta por su nombre, acercó la lámpara hacia el lecho… Los sueños cruzaron de nueva a caballo por la habitación… se despertó, volvió la cabeza y … ¡No era kay!
— Vykřikla velmi hlasitě jeho jméno, přiblížila k němu lampu — sny na koních opět zašuměly ve světnici — Kaj se probudil, otočil hlavu a — — nebyl to malý Kaj.
El príncipe, aunque también joven y hermoso, sólo se le parecía en el cuello. Desde el lecho del lirio blanco, la princesa entreabrió los ojos preguntando qué sucedía. La niña se echó a llorar y contó toda su historia y lo que las cornejas habían hecho por ella.
Princ se mu podobal jenom šíjí, mladý a krásný byl však také. Z bílé postýlky pohlédla princezna a ptala se, co se děje. I dala se malá Gerda do pláče a vyprávěla celý svůj příběh a všechno, co pro ni vrány udělaly.
— ¡Pobre pequeña!— dijeron el príncipe y la princesa; alabaron la actitud de las cornejas y dijeron que no estaban enfadados con ellas, aunque aquello no debía volver a repetirse. Sin embargo, tendrían su recompensa.
„Chudinko!“ řekli princ a princezna a chválili vrány. Řekli, že se na ně nehněvají, ale aby to již nedělaly. Protentokrát měly však dostat odměnu.
— ¿Quereis volar en libertad? — preguntó la princesa — ¿ O preferis el cargo de cornejas de corte con derecho a todos los desperdicios de la cocina?
„Chcete volně létat?“ ptala se princezna. „Či chcete mít stálé místo jako dvorní vrány a dostávat všechny odpadky z kuchyně?“
Las dos cornejas, haciendo una solemne reverencia, aceptaron el cargo que se les ofrecía, pues pensaban en su vejez y creyendo que era una buena oportunidad para asegurarse su futuro.
Obě vrány se poklonily a prosily o stálé místo. Myslily totiž na stará léta a řekly:
„Je dobře mít něco na stará kolena.“
El príncipe se levantó de su lecho e invitó a Gerda a que se acostara en él: era todo lo que podía hacer por ella.
Princ vstal ze své postele a dovolil v ní spát Gerdě; víc přece pro ni udělat nemohl.
La niña juntó sus manitas y pensó: «¡Qué buenos son los hombres y los animales!». Cerró los ojos y durmió profundamente.
Ona sepjala ručky a myslila si: Jak jsou přece lidé dobří, a zvířata také! Potom zavřela oči a spala znamenitě.
Los sueños regresaron en segudia por el aire, mas esta vez como ángeles de Dios que arrastraban un pequeño trineo en el que iba sentado Kay; pero aquello eran sólo ensoñaciones que desaparecieron en el mismo momento que la niña se despertó.
Všechny sny opět vlétly do světnice, měly podobu andělů a táhly malé sáňky, na nichž seděl Kaj a kýval. Ale to všechno bylo jenom snem a hned to zmizelo, jakmile se probudila.
A la mañana siguiente, la vistieron de pies a cabeza con sedas y terciopelos; le ofrecieron quedarse en el castillo donde tan feliz podría ser, pero ella tan sólo quería un pequeño carro con un caballo y un par de zapatitos para lanzarse de nuevo por esos mundos de Dios a proseguir la búsqueda de Kay.
Příštího dne ji oblékli od hlavy až k patě do hedvábí a do sametu; také ji zvali, aby zůstala v zámku a měla se dobře. Ale ona prosila, aby jí dali kočárek s jedním koníčkem a pár střevíčků, že zase pojede do širého světa hledat Kaje.
Le regalaron un par de zapatos y un manguito; le dieron también un hermoso traje y cuando se dispuso a partir se entontró con una magnífica carroza de oro que la esperaba ante la puerta; sobre ella, el escudo con las armas de los dos príncipes brillaba como una estrella; cochero, siervientes y postillones, pues también había postillones, vestían libreas bordadas con coronas de oro.
I dostala střevíčky a také rukávník a vůbec byla pěkně vystrojena. Když chtěla odejít, zastavil přede dveřmi nový kočárek z ryzího zlata. Znak princův a princeznin na něm zářil jako hvězda. Kočí, sluha a předjezdec — také předjezdce měla — měli na šatech zlaté korunky.
El príncipe y la princesa ayudaron a Gerda a subir al coche y le desearon buen viaje.
Princ a princezna jí sami pomohli do kočárku a přáli jí mnoho štěstí.
La corneja domesticada, ahora ya casada, la acompañó durante las tres primeras leguas; se sentó a su lado, ya que no podía soportar ir en dirección contraria a la marcha; la otra corneja se quedó en la puerta batiendo sus alas; no podía acompañarles, pues desde que tenía un cargo en la corte y comida en abundancia, sufría de fuertes dolores de cabeza.
Lesní vrána, která se zatím provdala, doprovázela ji prvé tři míle cesty. Seděla vedle ní, neboť jí jízda proti koňům nedělala dobře. Druhá vrána stála v bráně a mávala křídly; nejela s nimi, neboť se od té doby, kdy dostala stálé místo, přejídala a bolela ji z toho hlava.
La carroza estaba abarrotada de bizcochos y bajo el asiento había gran cantidad de frutas y panes de especias.
V kočárku bylo plno cukrovinek, sladkých koleček a pod sedadlem bylo ovoce a oříšky.
— ¡Adiós, Adiós! — se despidieron el príncipe y la princesa. La pequeña Gerda lloró y también la corneja del bosque… Recorrieron las tres primeras leguas y la corneja domesticada tuvo que decirle adiós; fue una seperación muy penosa;
„Sbohem! Sbohem!“ volali princ a princezna. Malá Gerda plakala a vrána plakala také. Tak to šlo prvé míle. Tu se také vrána rozloučila s Gerdou, a to bylo nejtěžší loučení.
voló hacia un árbol y agitó sus alas negras hasta que la carroza, que brillaba como el sol, se perdió de vista tras un recodo del camino.
Vylétla na strom a mávala černými křídly, dokud viděla kočárek, který se leskl jako jasná sluneční záře.
Quinto episodio. La Hija del Bandido
Pátá pohádka. O loupežnickém děvčátku
Atravesaban un bosque sombrío, donde la corroza resplandecía como una antorcha, lo que llamó la atención de los bandidos.
Cesta vedla tmavým lesem, ale kočárek zářil jako plamen. Najednou se z lesa vyrojili loupežníci.
No podían dejar escapar aquella presa.
—¡Es de oro! ¡Es de oro! — gritaron, precipitándose sobre ella; detuvieron a los caballos, dieron muerte a los cocheros y sacaron del coche a la pequeña Gerda.
Zář kočárku jim padala do obličeje, až zrak přecházel.
„Zlato! Zlato!“ volali. Zastavili koně, zabili předjezdce, kočího i služebníky a vytáhli malou Gerdu z vozu.
—¡Está rolliza y hermosa! La han cebado con pan de especias — dijo la mujer al bandido que tenía una barba enmarañada y unas cejas que le caían hasta los ojos—
„Je tlustá, je pěkná, je vykrmená oříšky!“ řekla stará bába loupežnice s dlouhým, ježatým vousem a obočím přes oči splývajícím.
Es tierna como un cordero cebón, ¡Qué rica estará! — Y diciendo esto, sacó su afilado cuchillo que brilló con resplandor siniestro.
„Dobrá pečínka jako z vykrmeného jehňátka, to si pochutnáme!“
Vytáhla svůj blýskavý nůž, až se zatřpytil; šla z ní hrůza.
— ¡Ahh! — Chilló la mujer: su propia hija, a la que llevaba a la espalda, le acababa de propinar un tremendo mordisco en la oreja. La muchacha era salvaje y mal educada como no se pueda imaginar. — ¡Maldita niña! — exclamó la madre, que no pudo así matar a Gerda.
„Au!“ vzkřikla vtom bába; její vlastní dceruška, kterou nesla na zádech a která byla náramně divoká a nezpůsobná, kousla ji do ucha. „Ty ohyzdná ropucho!“ zvolala matka a pustila Gerdu.
— ¡Quiero esta niña para que juegue conmigo! — dijo la hija del bandido— Quiero que me dé su manguito y su vestido y que duerma conmigo en la cama.
Y la mordió de nuevo con tal fuerza que la mujer dio un salto en el aire retorciéndose, mientras los bandidos se echaban a reír, diciendo:
—¡Mirad cómo baila con su hija!
„Ať si se mnou hraje!“ křičelo loupežnické děvčátko. „Ať mi dá svůj rukávník, své krásné šaty a ať spí vedle mne v postýlce!“ A kousla podruhé, až bába loupežnice vyskakovala do výše a otáčela se kolem. Všichni loupežníci se smáli a říkali:
„Hleďme, jak tančí se svou ropuchou!“
—¡Quiero montar en la carroza! — gritó la hija del bandido.
Y cuando la chiquilla quería algo, había que dárselo, pues además de consentida, era terca como ella sola.
„Já chci do kočárku!“ volalo loupežnické děvčátko. A co poručilo, to se musilo stát, tak bylo rozmazlené a tvrdohlavé.
Tomó asiento junto a Gerda en la carroza y se adentraron por el bosque traqueteando entre tocones y malezas. la hija del bandido era tan alta como Gerda, aunque más fuerte, más ancha de hombros y de piel más oscura; sus ojos, de un negro intenso, revelaban una expresión de tristeza. Cogió a la pequeña Gerda por la cintura y le dijo:
Sedly si s Gerdou do kočárku a jely cestou necestou hlouběji do lesa. Loupežnické děvčátko bylo tak velké jako Gerda, ale silnější a mělo temnější pleť. Oči mělo úplně černé a dívalo se jimi téměř smutně. Vzalo malou Gerdu okolo pasu a pravilo:
— No te matarán mientras yo no me enfado contigo. ¿Eres una princesa?
„Nezaříznu tě, dokud se na tebe nerozhněvám! Zajisté jsi nějaká princezna?“
— No — dijo la pequeña Gerda, contando lo que le había ocurrido y lo mucho que quería al pequeño Kay.
„Nikoli!“ řekla malá Gerda a vypravovala všechno, co prožila a jak má velmi ráda Kaje.
La hija del bandido miraba con aire grave; hizo un movimiento de cabeza y dijo:
— No te matarán, ni siquiera aunque yo me enfado contigo; en ese caso seré yo misma quien lo haga.
Secó los ojos de Gerda y metió sus manos en el bello manguito tan suave y caliente que era.
Loupežnické děvčátko se na ni dívalo velmi vážně, pokyvovalo trochu hlavou a řeklo:
„Oni tě nezaříznou! Ale když se na tebe rozhněvám, udělám to sama!“
Osušilo Gerdě oči a strčilo obě ruce do rukávníku, který byl velmi hebký a v němž bylo tak teplo.
La carroza se detuvo; se encontraban en el patio del castillo de los bandidos, cuyos muros estaban agrietados de arriba abajo; cuervos y cornejas salieron volando de agujeros y grietas y dos grandes perrazos, con aspecto de poder devorar a un hombre, daban grandes brincos, aunque no ladraban, pues les estaba prohibido.
Tu se kočárek zastavil. Byly na dvoře loupežnického zámku. Byl prasklý od střechy k základům, krkavci vyletovali z otevřených děr a velcí buldoci, z nichž každý vypadal, že by mohl člověka spolknout, skákali vysoko do vzduchu, ale neštěkali, protože to měli zakázáno.
En la sala central, grande, vieja y con las paredes recubiertas de hollín, ardía una gran hoguera en medio del enlosado; el humo se acumulaba junto al techo y debía buscar por sí mismo una salida; en el fuego hervía un caldero de sopa y, ensartados en un pincho, se asaban varios conejos y liebres.
Ve velkém, starém, začouzeném sále hořel uprostřed kamenné podlahy velký oheň. Kouř se táhl po stropě a hledal si sám východ. Ve velkém kotli vařili polévku a na rožni obraceli zajíce a králíky.
— Esta noche dormirás conmigo y con mis animales — dijo a Gerda la hija del bandido.
Cuando hubieron comido y bebido se dirigieron a un rincón donde se amontonaban la paja y las mantas.
„Dnes v noci budeš spát se mnou u všech mých zvířátek!“ řeklo loupežnické děvčátko.
Dostaly jíst a pít a šly potom do jednoho kouta, kde byla rozestřena sláma a pokrývky.
Por encima de sus cabezas, sobre vigas y traviesas, había cerca de cien palomas; parecían dormidas, aunque giraron ligeramente sus cabezas a la llegada de las niñas.
Nahoře sedělo na bidlech a laťkách asi sto holubů, a jak se zdálo, holubi spali; ale přece se trochu otáčeli, když děvčátka přišla.
— Son todas mías — dijo la hija del bandido, y, atrapando a una de las que estaban más próximas, la sujetó por las patas y la sacudió, mientras la paloma agitaba las alas.
„Ti všichni jsou moji,“ řeklo loupežnické děvčátko. Pak chytilo nejbližšího holuba, drželo jej za nožičky a hýbalo jím, až zamával křídly.
— ¡Bésala! — gritó, arrojando el animal a la cara de Gerda —.
„Polib jej!“ zvolalo, přistrčivši jej Gerdě až k obličeji.
Éstos son la chusma del bosque — continuó, mostrándole los barrotes que cerraban un agujero en lo alto del muro —
„Tamhle sedí ostatní holubi, tohle je však lesní sběř!“ pokračovalo a ukazovalo na množství latěk, upevněných před otvorem ve zdi vysoko nahoře.
Si no se los tiene bien encerrados, se echan a volar de inmediato y desaparece. ¡Y este es mi viejo amigo Be! Y tió de los cuernos a un reno atado a la pared con una cuerda sujeta a un anillo de cobre pulimentado que le rodeaba el cuello.
„Odlétnou hned, nezavřeme-li je pořádně. A tadyhle je můj mazánek!“ Loupežnické děvče táhlo za parohy soba, který měl okolo krku lesklý mosazný kruh a byl uvázán.
— También a éste hay que sujetarlo bien; de lo contrario, se soltaría y se iriía. Todas las noches le acaricio el cuello con mi cuchillo y se muere de miedo.
„Toho musím také držet zkrátka, sice by utekl. Každičký večer jej lechtám na krku ostrým nožem a toho se on bojí!“
La niña sacó un largo cuchillo de una rendija que había en la pared y lo pasó por el cuello del reno. El pobre animal coceó, mientras la hija del bandido se reía a carcajadas. Luego, de un empujón, tiró a Gerda sobre la cama.
A děvčátko vytáhlo dlouhý nůž ze skuliny ve zdi a jezdilo jím sobovi po krku. Ubohé zvíře tlouklo kolem sebe a loupežnické děvčátko se smálo. Potom táhlo Gerdu s sebou na lože.
— ¿No vas a dejar el cuchillo mientras duermes? — preguntó Gerda que miraba la hoja con temor.
„A nůž míváš u sebe, i když jdeš spát?“ ptala se Gerda bázlivě.
— Duermo siempre con mi cuchillo — respondió la hija del bandido. Nunca se sabe lo que puede ocurrir. Pero cuéntame más sobre lo que hace un momento decías del pequeño Kay y sobre por qué te has aventurado a recorrer el mundo.
„Spím pokaždé s nožem!“ pravilo loupežnické děvčátko. „Nikdy nevíme, co se může stát. Ale vypravuj mi ještě jednou, co jsi mi vypravovala dříve o malém Kajovi a proč jsi vyšla do širého světa!“
Gerda continuó su relato, mientras las palomas del bosque se arrullaban allía rriba, en su jaula, y las otras dormían.
A Gerda vypravovala od začátku. Lesní holubi při tom vrkali nahoře v kleci a ostatní holubi spali.
La hija del bandido pasó su brazo alrededor del cuello de Gerda y, sin dejar de sujetar el cuchillo con la otra mano, se durmió y pronto se le oyó roncar; sin embargo, Gerda no podía cerrar los ojos, no sabía si iba a vivir o a morir.
Loupežnické děvčátko ovinulo ruku Gerdě okolo krku, v druhé ruce drželo nůž a spalo, až hlasitě oddychovalo. Ale Gerda nemohla zamhouřit oči, neboť nevěděla, zdali zůstane na živu.
Los bandidos estaban sentados alrededor del fuego, cantaban, bebían y la vieja bailaba de forma estrafalaria.
Loupežníci seděli kolem ohně, zpívali a popíjeli, a baba loupežnice metala kozelce.
¡Oh, qué horrible espectáculo!
Ó, našemu děvčátku přebíhal mráz po těle, když se na to dívalo.
Entonces las palomas del bosque dijeron:
— ¡Crrru, Crrru! Hemos visto a tu amigo Kay. Una gallina blanca llevaba su trineo y él iba sentado en el de la Reina de las Nieves, que voló sobre el bosque cuando nosotras estábamos en el nido; sopló sobre nuestros pequeños y todos murieron, salvo nosotros dos ¡Crrru, Crrru!
Tu pravili lesní holubi:
„Krukru, krukru, my jsme viděli malého Kaje. Bílá slepice nesla jeho sáňky a on seděl ve voze Sněhové královny, která jela do lesa nám nad hlavou, když jsme leželi v hnízdě. Dechla na nás mladé, i zemřeli všichni kromě nás dvou. Krukru, krukru!“
— ¿Qué es lo que me decís? — preguntó Gerda sobresaltada — ¿Dónde iba la Reina de las Nieves? ¿Podéis decírmelo?
„Co to povídáte, vy tam nahoře?“ volala Gerda. „Kam že jela Sněhová královna? Víte něco o tom?“
— Seguramente se dirigía a Laponia, donde hay siempre hielo y nieve. No tienes más que preguntar al reno que está atado con la cuerda.
„Jela patrně do Laponska, neboť tam je stále sníh a led! Jenom se zeptej soba, který stojí uvázán na provaze!“
— Allí hay una gran cantidad de nieve y hielo — dijo el reno —. ¡Es muy agradable y muy hermoso! Se puede correr y saltar libremente por inmensos valles nevados. Es allí donde la Reina de las Nieves tiene su mansión de verano, pero su castillo está más arriba, cerca del Polo Norte, en las islas llamadas Spitzberg.
„Je tam led a sníh, je tam krásně a dobře!“ pravil sob. „Tam můžeme volně poskakovat po velkých, lesklých údolích! Tam má Sněhová královna svůj letní stan, ale její pevný zámek je nahoře blízko severní točny, na jednom z ostrovů, které se nazývají Špicberky!“
—¡Oh Kay, querido Kay! — suspiró Gerda.
„Ó Kaji, můj malý Kaji!“ vzdychla Gerda.
— ¿Vas a estarte quieta de una vez? — le gritó la hija del bandido— O te callas o sentirás mi afilado cuchillo en tu barriga.
„Lež klidně,“ promluvilo ze spaní loupežnické děvce, „sice ti vrazím nůž do břicha!“
Por la mañana, Gerda le contó todo lo que le habían dicho las palomas del bosque; la hija del bandido adoptó una expresión grave, movió la cabeza y dijo:
— Eso me da igual … eso me da igual… ¿Sabes tú donde está Laponia? — le preguntó al reno.
Ráno Gerda vypravovala všechno, co jí lesní holubi řekli. Loupežnické děvčátko se při tom tvářilo velmi vážně, pokyvovalo hlavou a pravilo:
„To je jedno! To je jedno! Víš, kde je Laponsko?“ ptalo se soba.
— ¿Quién podria saberlo mejor que yo? — respondió el animal, con los ojos humedecidos— ¡Allí nací y allí me crié, saltando por los campos cubiertos de nieve!
„Kdopak by to měl lépe vědět nežli já,“ pravilo zvíře a oči mu zářily. „Vždyť jsem se tam narodil a tam jsem byl vychován; tam jsem skákal po sněhových pláních!“
— Escucha — dijo a Gerda la hija del bandido— Ya ves que todos los hombres han salido, pero mi madre todavía sigue aquí; más tarde, hacia el mediodía, suele beber un trago de aquella botella y después se echa un sueñecito… entonces podré hacer algo por ti.
„Poslyš!“ řeklo loupežnické děvče Gerdě. „Jak vidíš, všichni naši mužští odešli, ale matka tu ještě je a zůstane zde. Ale ráno se vždycky napije z velké láhve a pak si na chvilku zdřímne. — Potom ti něco udělám pro radost!“
Saltó de la cama, se abalanzó sobre el cuello de su madre, y tirándole de los bigotes, le dijo:
— ¡Buenos días, mi querida cabra!
Vyskočilo z postele, objalo matku kolem krku, tahalo ji za vousy a pravilo:
„Dobré jitro, můj roztomilý kozlíčku!“
La madre le dio tal papirotazo en la nariz, que se la dejó entre roja y azul, pero eso, entre ellos, no era más que una muestra de cariño.
A matka dala dívence jednu přes nos, až jí zčervenal a zmodral, ale to všechno bylo jenom z lásky.
Cuando la madre hubo bebido de la botella y se quedó dormida, la hija del bandido se acercó al reno y le dijo:
— Me gustaría seguir haciéndote cosquillas con mi cuchillo, pues es entonces cuano más me diviertes, pero eso no importa ahora; voy a desatarte y te ayudaré a salir para que te dirijas a Laponia, pero tienes que ir deprisa y conducir a esta niña hasta el palacio de la Reina de las Nieves, donde está su compañero.
Když se pak matka napila ze své láhve a trochu si zdřímla, šlo loupežnické děvčátko k sobovi a pravilo:
„Měla bych vlastně náramnou chuť ještě mnohokrát tě polechtat ostrým nožem po krku, protože pak vždycky tak hezky vypadáš. Ale to je jedno, uvolním tvůj provaz a pomohu ti ven, abys mohl utíkat do Laponska. Vezmi nohy na ramena a dones tuto holčičku do zámku Sněhové královny, kde je její kamarád.
Seguro que habrás oído todo lo que me ha comentado: hablaba bastante alto y tú te enteras de todo.
Slyšel jsi beztak, co vypravovala, vždyť hovořila dost nahlas a ty pokaždé posloucháš.“
El reno se puso a dar saltos de alegría. La hija del bandido aupó a la pequeña Gerda sobre él, tomando la precaución de sujetarla bien e incluso le puso un cojín para que esteuviese más cómoda.
Sob vyskočil radostí do výše. Loupežnické děvče na něj posadilo Gerdu a bylo tak prozíravé, že ji k němu pevně přivázalo, ba ještě jí dalo místo sedla malou podušku.
— Bueno — le dijo —, te devolveré tus zapatos de piel, pues hará frío por allí, pero el manguito me lo quedo, es demasiado bonito. De todas foramas, no pasarás frio, aquí tienes las grades manopas de mi madre que te llegarán hasta el codo; ¡toma, pontelas! .. Con esas manoplas te pareces a mi horrible madre.
„To je dobře,“ pravilo. „Tady máš svoje střevíčky, neboť tam bude zima. Ale rukávník si nechám, je příliš hezký! Aby tě nezáblo do rukou, vezmi si ohromné rukavice mé matky, budou ti sahat až k loktům. Oblékni si je — tak, a nyní máš ruce jako moje ohyzdná matka!“
Y Gerda derramó una lágrima de alegría.
Gerda plakala radostí.
— No me gusta verte lloriquear — dijo la hija del bandido— ¡Deberías estar contenta! Aquí tienes dos panes y un jamón; no pasarás hambre.
„Ten tvůj pláč nerada vidím!“ řeklo loupežnické děvčátko. „Nyní se máš právě vesele dívat! A tady máš dva bochníky chleba a šunku, abys neměla hlad.“
Después de colocar todo aquello sobre el reno, la hija del bandido abrió la puerta, metió a los perros en la habitación, cortó con su cuchillo la cuerda con que estaba atado el reno y le dijo:
— ¡Vamos, corre! ¡Y cuida bien de la niña!
Obé přivázalo dozadu na soba. Potom otevřelo dveře a zavolalo všechny velké psy dovnitř. Pak přeřízlo provaz svým nožem a řeklo sobovi:
„Tak běž, ale dej pozor na děvčátko!“
Gerda tendió las manos enfundadas en las grandes manoplas hacia la hija del bandido diciéndoles adiós y el reno partió veloz por encima de matorrales y tocones. Con toda la rapidez que le fue posible, atravesó el gran bosque, franqueó pantanos y llanuras,
Gerda vztáhla ruce s velkými rukavicemi k loupežnickému děvčátku a dala mu sbohem. Potom letěl sob cestou necestou, přes bory a doly, skrze velký les a přes bažiny. Utíkal, jak mohl.
mientras, a su alrededor, aullaban los lobos y graznaban los cuervos. Y el cielo, volviéndose rojo, también les habló: «¡Pfit, Pfit!». Parecía que estornudara.
Vlci vyli a havrani křičeli. Co chvíli se na nebi zablýsklo, až celý obzor hořel jako v červených záplavách.
— Son mis viejas amigas, las auroras boreales — dijo el reno — ¡Mira qué resplandores! — Y siguió corriendo, día y noche, sin descanso. Comieron los panes, el jamón, y llegaron a Laponia.
„To je moje stará severní záře!“ pravil sob. „Hleď, jak svítí!“
I běžel ještě rychleji, ve dne v noci. Chléb již byl sněden a šunka také, když se dostali do Laponska. — —
Sexto episodio. La Lapona y la Finesa
Šestá pohádka. Laponka a Finka
Se detuvieron ante una pequeña cabaña. Tenía un aspecto muy pobre, con un tejado que descendía hasta el suelo y una puerta tan baja que para entrar o salir de ella había que arrastrarse por el suelo.
Zastavili se před náramně chatrným domem. Střecha mu sahala až k zemi a dveře měl tak nízké, že chtěl-li někdo ven nebo dovnitř, musil lézt po břiše.
Vivía allí una vieja lapona que estaba cociendo pescado en una lámpara de aceite de bacalao; el reno le contó toda la historia de la niña, aunque antes le había contado la suya, que consideraba mucho más importante; Gerda estaba tan entumecida por el frío que apenas podía hablar.
Nikdo nebyl doma kromě staré Laponky, která smažila ryby na olejové lampičce. Sob jí vypravoval Gerdin příběh, ale dříve svůj vlastní, neboť se mu zdál mnohem důležitější. Gerda byla zimou tak zkřehlá, že ani nemohla mluvit.
— ¡Ah, pobres de vosotros! — dijo la lapona —. Os queda todavía un largo camino! Tenéis que hacer más de cien leguas para llegar a Finalandia; allí, donde las auroras boreales aparecen cada noche, tiene la Reina de las Nieves su morada.
„Ach vy ubožátka!“ řekla Laponka. „To musíte ještě běžet daleko, na sta mil odtud, do Finska, neboť tam přebývá Sněhová královna v létě a zažehuje každičký večer modré světlo.
Como no tengo papel, os escribiré una nota en un rozo de bacalao seco; deberéis entregárselo a una mujer finlandesa, amiga mía, que vivie por allí; ella podrá informaros mejor que yo.
Napíši několik slov na sušenou rybu, neboť papír nemám; odevzdejte to tam nahoře mé známé Fince a ta vám poradí lépe nežli já!“
Cuando Gerda hubo entrado en calor, después de haber comido y bebido algo, la lapona escribió unas palabras sobre el bacalao, recomendando a Gerda que tuviese bune cuidado de no perderlo; ésta lo colocó sobre el reno, que, de un salto, reemprendió la marcha.
Když se Gerda ohřála, najedla a napila, napsala Laponka několik slov na sušenou rybu. Upozornila Gerdu, aby dopis dobře uschovala, a potom ji opět dobře přivázala na soba. Ten se dal zase do běhu.
Tuvieron la ocasión de contemplar deliciosas auroras boreales de hermosos tonos azulados … y llegaron a Finlandia. Llamaron a la chimenea de la mujer finlandesa, pues su casa era una chimenea que ni siquiera tenía puerta.
Na nebi se opět blýskalo a celou noc plála překrásná modrá severní zář. Tak se dostali do Finska a zaklepali u oné Finky na komín, neboť její stavení nemělo ani dveře.
Dentro, el calor era tal que la mujer estaba casi desnuda; era pequeña y muy sucia;
Uvnitř bylo horko, takže Finka chodila skoro úplně nahá; byla maličká a náramně špinavá.
desvisitó en seguida a la pequeña Gerda, le quitó las manoplas y los zapatos, pues de lo contrario no habría podido soportar el calor, y puso un trozo de hielo sobre la cabeza del reno; luego, leyó lo que su amiga lapona había escrito en el bacalao seco;
Ihned svlékla malou Gerdu a zula jí botky a rukavice, aby jí nebylo příliš horko. Potom položila sobovi kus ledu na hlavu a četla, co bylo napsáno na sušené rybě.
tres veces lo leyó, hasta aprenderlo de memoria, y después echó el bacalao a la olla: era comida y ella nunca dejaba que la comida se echara a perder.
Četla to třikrát, až to uměla zpaměti. Potom hodila rybu do hrnce, neboť se ještě dobře mohla jíst a Finka nikdy nic nepohodila.
Pak jí sob vypravoval nejprve svůj příběh, potom příběh malé Gerdy. Fince svítily oči, ale neřekla nic.
— Tú eres muy hábil — dijo el reno; sé que puedes atar todos los vientos del mundo con un hilo; si el capitán de barco deshace un nudo, tiene buen viento, si deshace el segundo, el viento arrecia, y si deshace el tercero y el cuerto, se levanta un huracán capaz de asolar los bosques.
„Jsi velmi chytrá,“ pravil sob. „A já vím, že dovedeš svázat všechny větry světa jedinou nití. Rozváže-li lodník jeden uzel, dostane dobrý vítr, rozváže-li druhý, zavane to prudce, a rozváže-li třetí a čtvrtý, zaburácí takový vichr, až se lesy vyvracejí z kořenů.
¿No quieres dar a la niña una poción que le dé la fuerza de veinte hombres y le permita llegar hasta la Reina de las Nieves?
Nechtěla bys dát tomuhle děvčátku nápoj, kterým nabude síly dvanácti mužů, aby přemohlo Sněhovou královnu?“
— ¿La fuerza de veinte hombres…? — repitió la finlandesa— Sí, eso sería suficiente.
„Síly dvanácti mužů!“ zasmála se Finka. „To by toho asi spravila!“
Se acercó a una estantería y cogió un gran rollo de piel que desenrolló cuidadosamente; había escritos en él uns extraños signos; la mujer leyó y unas gatosa de sudor aparecieron en su frente.
I šla potom k jakési poličce, vyndala odtud kus černé, sbalené kůže a rozbalila ji. Byla na ní napsána podivná písmena a Finka četla, až jí pot stékal po čele.
El reno intercedió de nuevo por la niña y ésta miró a la finlandesa con ojos tan suplicantes que la mujer parpadeó y se llevó al reno a un rincón donde, poniéndole otro trozo de hielo en la cabeza, le dijo en voz baja:
Avšak sob opět prosil velmi naléhavě za Gerdu a ta se dívala tak prosebnýma očima, plnýma slz, že Finka začala zase svítit očima. I zatáhla soba do kouta a šeptala mu, kladouc mu čerstvý led na hlavu:
— El pequeño Kay está efectivamente en casa de la Reina de las Nieves; allí se encuentra a gusto y nada echa en falta; cree que está en el mejor lugar del mundo, aunque eso es debido tan sólo a que un pedacito de cristal se le clavó en el corazón y otro se le introdujo en el ojo; si no se le extirpan esos cristales, jamás volverá a ser un hombre y la Reina de las Nieves conservará para siempre su dominio sobre él.
„Malý Kaj je opravdu u Sněhové královny. Má tam všeho podle libosti, nač si jen vzpomene, a myslí, že se mu dostalo nejlepšího údělu na světě. Ale to je tím, že mu vlétla střepina skla do srdce a kousíček do oka. Ty je nutno nejprve vyndat, sice se nikdy nestane opět člověkem a Sněhová královna nad ním podrží svou moc.“
— ¿No puedes dar a la niña alguna poción que le confiera poder para lograr su propósito?
„Ale copak nemůžeš dát malé Gerdě něco, čím dostane moc nade vším?“
— No puedo procurarle un poder mayor del que ya tiene.¿No ves el alcance de su poder? ¿No ves cómo hombres y animales la ayuda y cómo, descalza, ha recorrido un camino tan largo?
„Nemohu jí dát větší moc, nežli již má. Což nevidíš, jak je tato její moc veliká? Nevidíš, jak lidé a zvířata jí slouží, jak se pěšky, a k tomu bosa, dostala tak daleko do světa?
Su fuerza reside en el corazón y nosotros no podemos acrecentarla.
My jí nemusíme dávat moc, ta tkví v jejím srdci, spočívá v tom, že ona je rozkošné, nevinné dítě.
Su poder le viene dado por el hecho de ser una niña dulce e inocente. Si por sí misma no consigue llegar a Kay, nada podremos hacer nosotros.
Nedostane-li se sama k Sněhové královně a nevyndá-li sklo z oka malého Kaje, nemůžeme jí pomoci.
A dos leguas de aquí comienza el jardín de la reina de las Nieves; llévala hasta allí y déjala junto al arbusto de bayas rojas; no pierdas tu tiempo charlando y apresúrate a volver.
Dvě míle odtud začíná zahrada Sněhové královny, dones tam dívčinu! Posaď ji k velkému keři s červenými jahodami, které rostou ve sněhu. Nezdržuj se a pospěš zase zpět!“
La finlandesa cogió en sus brazos a la pequeña Gerda y la subió de nuevo sobre el reno que corrió con todas sus fuerzas.
I zvedla Finka malou Gerdu na soba, a ten pak utíkal, jak nejrychleji dovedl.
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