Hiszpańsko-niemiecka dwujęzyczna książka
Míster Otis se quedó muy preocupado ante la negativa de lord Canterville, y le rogó que reflexionara nuevamente su decisión; pero el excelente par se mantuvo firme y terminó por convencer al ministro de que aceptase el regalo del fantasma. Cuando, en la primavera de 1890, la duquesita de Cheshire fue presentada por primera vez en la recepción de la reina, con motivo de su casamiento, sus joyas fueron motivo de general admiración.
Mr. Otis war recht bekümmert über Lord Cantervilles Weigerung und bat ihn, sich seinen Entschluss noch einmal zu überlegen, aber der gutmütige Lord blieb fest und bekam den Gesandten schließlich soweit, daß er seiner Tochter erlaubte, das von dem Gespenst erhaltene Geschenk zu behalten, und als im Frühjahr 1890 die junge Herzogin von Cheshire anlässlich ihrer Vermählung beim ersten großen Empfang der Königin vorgestellt wurde, war ihr Schmuck allerseits Gegenstand der Bewunderung.
Porque Virginia fue agraciada con el tortil o lambrequín de baronía, que se otorga como recompensa a todas las americanitas juiciosas, y se casó con su novio en cuanto éste tuvo edad para ello.
Denn Virginia erhielt die Adelskrone, die Belohnung aller tugendhaften kleinen Amerikanerinnen, und heiratete ihren jugendlichen Verehrer, sobald er mündig geworden war.
Eran ambos tan agradables y se amaban de tal modo, que a todo el mundo le encantó ese matrimonio, menos a la vieja marquesa de Dumbleton, que venía haciendo todo lo posible por atrapar al duquesito y casarle con una de sus siete hijas. Para conseguirlo dio lo menos tres grandes comidas costosísimas.
Sie waren beide so reizend und liebten einander so sehr, daß sich alle über die Heirat freuten, ausgenommen die alte Marquise von Dumbleton, die versucht hatte, den Herzog für eine ihrer sieben unverheirateten Töchter zu angeln, und deswegen nicht weniger als drei kostspielige Festessen gegeben hatte, und ausgenommen, wie seltsam es auch klingt, Mr. Otis.
Cosa rara: míster Otis sentía una gran simpatía personal por el duquesito, pero teóricamente era enemigo del «particularismo», y, según sus propias palabras, «era de temer que, entre las influencias debilitantes de una aristocracia ávida de placer, fueran olvidados por Virginia los verdaderos principios de la sencillez republicana».
Mr. Otis mochte den jungen Herzog persönlich überaus gern, theoretisch war er jedoch gegen Titel und, um seine eigenen Worte zu gebrauchen, ‘nicht ohne Besorgnis, daß unter den entnervenden Einflüssen einer vergnügungssüchtigen Aristokratie die wahren Grundsätze republikanischer Einfachheit vergessen würden’.
Pero nadie hizo caso de sus observaciones, y cuando avanzó por la nave lateral de la iglesia de San Jorge, en Hannover Square, llevando a su hija del brazo, no había hombre más orgulloso en toda Inglaterra.
Aber seine Einwände wurden als unhaltbar verworfen, und ich glaube, als er, seine Tochter am Arm, durch das Seitenschiff der Sankt-Georgs-Kirche, Hanover Square schritt, gab es in ganz England weit und breit keinen stolzeren Mann.
Después de la luna de miel, el duque y la duquesa regresaron a Canterville-Chase, y al día siguiente de su llegada, por la tarde, fueron a dar una vuelta por el cementerio solitario próximo al pinar.
Als die Flitterwochen vorüber waren, begaben sich der Herzog und die Herzogin nach Canterville Chase und gingen am Nachmittag des zweiten Tages zu dem einsamen Friedhof hinter den Fichtenwäldern.
Al principio le preocupó mucho lo relativo a la inscripción que debía grabarse sobre la losa fúnebre de sir Simón, pero concluyeron por decidir que se pondrían simplemente las iniciales del viejo gentilhombre y los versos escritos en la ventana de la biblioteca.
Die Inschrift für Sir Simons Grabstein hatte zuerst großes Kopfzerbrechen bereitet, doch am Ende war man zu dem Entschluss gekommen, nur die Initialen des alten Herrn und die Verse vom Fenster der Bibliothek gravieren zu lassen.
La duquesa llevaba unas rosas magníficas, que desparramó sobre la tumba; después de permanecer allí un rato, pasaron por las ruinas del claustro de la antigua abadía.
Die Herzogin hatte wunderschöne Rosen mitgebracht, die sie auf das Grab streute, und nachdem sie eine Weile davor gestanden hatten, schlenderten sie zu dem verfallenen Chor der alten Abtei.
La duquesa se sentó sobre una columna caída, mientras su marido, recostado a sus pies y fumando un cigarrillo, contemplaba sus lindos ojos.
Dort setzte sich die Herzogin auf eine umgestürzte Säule, und ihr Gatte legte sich zu ihren Füßen nieder, rauchte eine Zigarette und blickte zu ihren schönen Augen auf.
De pronto tiró el cigarrillo y, tomándole una mano le dijo:
—Virginia, una mujer no debe tener secretos con su marido.
Plötzlich warf er die Zigarette fort, ergriff ihre Hand und sagte: „Virginia, eine Frau sollte vor ihrem Mann keine Geheimnisse haben.“
—Y no los tengo, querido Cecil. —Sí los tienes —respondió sonriendo—.
„Lieber Cecil! Ich habe keine Geheimnisse vor Dir.“
No me has dicho nunca lo que sucedió mientras estuviste encerrada con el fantasma.
„Doch“, antwortete er lächelnd, „Du hast mir nie erzählt, was Dir begegnete, als Du mit dem Gespenst eingeschlossen warst.“
—Ni se lo he dicho a nadie —replicó gravemente Virginia.
„Das habe ich niemandem erzählt, Cecil“, sagte Virginia ernst.
—Ya lo sé; pero bien me lo podrías decir a mí.
„Ich weiß, aber mir könntest Du es sagen.“
—Cecil, te ruego que no me lo preguntes. No puedo realmente decírtelo. ¡Pobre sir Simón! Le debo mucho. Sí; no te rías, Cecil; le debo mucho realmente. Me hizo ver lo que es la vida, lo que significa la muerte y por qué el amor es más fuerte que la muerte.
„Verlang es bitte nicht von mir, Cecil, ich kann es Dir nicht sagen. Der arme Sir Simon! Ich verdanke ihm so viel. ja, lach nicht, Cecil, es ist wirklich so. Er hat mich erkennen lassen, was das Leben ist und was der Tod bedeutet und warum die Liebe stärker ist als beide.“
El duque se levantó para besar amorosamente a su mujer.
Der Herzog stand auf und küsste liebevoll seine Frau.
—Puedes guardar tu secreto mientras yo posea tu corazón —dijo a media voz.
„Du kannst Dein Geheimnis so lange behalten, wie mir Dein Herz gehört“, sagte er leise.
—Siempre fue tuyo.
„Das hat Dir schon immer gehört, Cecil.“
—Y se lo dirás algún día a nuestros hijos, ¿verdad?
„Und eines Tages wirst Du ’s unsern Kindern erzählen, nicht wahr?“
Virginia se ruborizó.
Virginia errötete.
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