La Reina de las Nieves / Снежная каралева — in Spanish and Belorussian. Page 2

Spanish-Belorussian bilingual book

Hans Christian Andersen

La Reina de las Nieves

Ханс Крысціян Андэрсен

Снежная каралева

Gerda se lo contó y la vieja, moviendo de vez en cuando la cabeza, decía: «Humm… Hum!». Una vez le hubo relatado todo, le preguntó si había visto pasar por allí al pequeño Kay; la mujer respondió que no, que Kay no había pasado ante su casa, peroq ue sin duda vendría y que no debía preocuparse! ahora lo que teniía que hacer era comer sus cerezas y contemplar sus flores, mucho más bellas que las que aparecen en los libros; además, cada una de ellas sabía contar un cuento.

Герда пачала расказваць ёй пра ўсё, а бабуля ківала галавой і паўтарала: «Гм! Гм!» Калі дзяўчынка закончыла, то запыталася ў бабулі, ці не бачыла яна Кая. Тая адказала, што ён яшчэ не праходзіў тут, але, пэўна, пройдзе, таму бедаваць пакуль няма прычыны, няхай Герда лепш пакаштуе вішань, ды палюбуецца кветкамі, што растуць у садзе: яны прыгажэйшыя, чым у любой кніжцы з малюнкамі, і ўсе ўмеюць расказваць казкі.

La vieja cogió a Gerda de la mano, entró con ella en la casa y cerró la puerta.

Тут бабуля ўзяла Герду за руку, павяла да сябе ў хатку і замкнула дзверы.

Las ventanas estaban muy altas, los cristales eran rojos, azules y amarillos y, en el interior, la luz adquiría tonalidades extrañas; había sobre la mesa un plato de riquísimas cerezas y Gerda comió tantas como quiso, pues para eso no le faltaba valor.

Вокны былі высока ад падлогі і ўсе з рознакаляровых — чырвоных, сініх і жоўтых — шкельцаў; таму і сам пакой быў асветлены нейкім дзівосным вясёлкавым святлом. На стале стаяў кошык з цудоўнымі вішнямі, і Герда магла есці іх колькі хацела.

Mientras comía, la vieja la peinaba con un peine de oro; sus hermosos cabellos rubios caían rizados y brillantes enmarcado su linda carita de rosa.

А пакуль яна ела, бабуля расчэсвала ёй валасы залатым грабянцом. Валасы віліся кучарамі і залатым ззяннем атачалі пекны, ветлівы, круглы, быццам ружа, тварык дзяўчынкі.

— Siempre tuve deseos de tener una niña como tú — dijo la vieja — Ya verás qué bien nos llevamos las dos.

— Даўно мне хацелася мець такую міленькую дзяўчынку, — сказала бабуля. — Вось пабачыш, як добра мы з табою зажывём!

A medida que le peinaba los cabellos, más y más la pequeña Gerda se olvidaba de Kay, su compañero de juegos, pues la vieja, aunque no era malvada, sabía de magia; en realidad, sólo ponía en práctica sus artes mágicas para distraerse y, por el momento, lo único que pretendía era retener a su lado a la pequeña Gerda.

І яна працягвала расчэсваць кучары дзяўчынкі, і чым далей часала, тым больш забывала Герда свайго пабраціма Кая — бабуля ўмела чараваць. Ды яна была не злою чараўніцай і чаравала толькі зрэдку, для свайго здавальнення; цяпер жа ёй вельмі захацелася пакінуць у сябе Герду.

Con este propósito, la anciana salió al jardín, extensió su cayado hacia los rosales, que estaban cargados de bellísimas rosas, y al instante todos ellos desaparecieron, hundiéndose bajo la tierra negra; no quedó ni el menor rastro de ellos.

І вось яна пайшла ў сад, дакранулася кульбай да ўсіх ружавых кустоў, і тыя як стаялі ў пышнай квецені, так усе і пайшлі глыбока-глыбока ў зямлю, і следу ад іх не засталося.

La vieja temía que si Gerda veía las rosas se acordaría del pequeño Kay y querría marcharse a proseguir su búsqueda.

Бабуля баялася, што Герда, убачыўшы гэтыя ружы, успомніць пра свае, а там і пра Кая ды і ўцячэ ад яе.

Luego, condujo a Gerda al jardín de las flores … ¡Oh, qué fragancia y qué esplendor! Había allí flores de todas las estaciones del año; en ningún libro de láminas podría encontrarse tanta belleza y variedad.

Потым бабуля павяла Герду ў кветнік. Ах, які водар тут быў, якая прыгажосць: самыя розныя кветкі, і на кожную часіну года! На ўсім свеце не знайшлося б кніжкі з малюнкамі больш стракатымі і больш прыгожымі за гэты кветнік.

La niña daba saltos de alegría y disfrutó del jardín hasta que el sol se ocultó por detrás de los cerezos; por la noche, durmió en un magnífico lecho con mantas de seda roja bordadas con violetas azules y tuvo unos sueños tan hermosos como los de una reina en el día de su boda.

Герда скакала ад радасці і гуляла сярод кветак, пакуль сонца не села за высокімі вішнёвымі дрэвамі. Тады яе паклалі ў дзівосную пасцель з чырвонымі шаўковымі пярынкамі, набітымі блакітнымі фіялкамі. Дзяўчынка заснула, і ёй сніліся сны, якія бачыць хіба толькі каралева ў дзень свайго вяселля.

A la mañana siguiente, estuvo de nuevo en el jardín, jugando con las flores bajo los cálidos ratos del sol… así pasaron muchos días.

Назаўтра Гердзе зноў дазволілі гуляць у дзівосным кветніку на сонцы. Так прайшло шмат дзён.

Gerda conocía todas y cada una de las flores y, a pesar de todas las que había, tenía la sensación que allí faltaba alguna, aunque le resultara imposible decir cuál.

Герда ведала цяпер кожную кветку ў садзе, але як ні многа іх было, ёй усё ж здавалася, што якогасьці не хапае, толькі якога?

Un buen día, mientras estaba sentada en el jardín, se fijó en el gran sombrero de la vieja, lleno de flores pintadas, y observó que las más bella era justamente una rosa.

І вось аднойчы яна сядзела і разглядвала бабульчын саламяны капялюш, размаляваны кветкамі, і самай прыгожай з іх была ружа —

La vieja se había olvidado de quitarla del sombrero cuando hizo desaparecer a las otras bajo tierra.

бабуля забылася яе сцерці, калі схавала жывыя ружы пад зямлю.

¡No se puede estar en todo!

Вось што значыць няўважлівасць!

«¡Cómo! — se dijo Gerda — ¡No hay ninguna rosa en el jardín!» Corrió hacia los macizos de flores, buscó y rebuscó, pero no consiguió encontrar ningún rosal; muy triste, se sentó en el suelo y se puso a llorar; sus lágrimas fueron a caer precisamente sobre el lugar en que antes crecia un hermoso rosal y del suelo regado con sus lágrimas surgió de repente un arbusto, tan florido como en el momento en que la vieja lo había enterrado; la niña lo rodeó con sus brazos, besó las rosas y se acordó de las que tenía en el jardín de su buhardilla y, al mismo tiempo, de su amigo Kay.

— Як! Тут няма руж? — сказала Герда і адразу ж пабегла ў сад, шукала іх, шукала, ды так і не знайшла.
Тады дзяўчынка прысела на зямлю і заплакала. Цёплыя слёзы падалі якраз на тое месца, дзе стаяў раней адзін з ружавых кустоў, і як толькі яны змачылі зямлю, куст імгненна вырас з яе, такі ж квітнеючы, як і быў. Абвіла яго ручкамі Герда, пачала цалаваць кветкі і ўспомніла тыя цудоўныя ружы, што квітнелі ў яе дома, а разам з імі і Кая.

— ¡Oh, cuánto tiempo he perdido! — exclamó la niña— Debo encontrar a Kay .. ¿Sabéis donde está?— preguntó a las rosas — ¿Creéis que ha muerto?

— Як жа я затрымалася! — сказала дзяўчынка. — Мне ж трэба шукаць Кая!.. Вы не ведаеце, дзе ён? — запыталася яна ў руж. — Ці праўда, што ён памёр і не вернецца больш?

— No, no ha muerto — respondieron las rosas— Nosotras hemos estado bajo tierra, donde están todos los muertos, y Kay no estaba allí.

— Ён не памёр! — адказалі ружы. — Мы ж былі пад зямлёй, дзе ляжаць усе памёршыя, але Кая між іх не было.

— ¡Gracias! — dijo la pequeña Fué a ver a otras flores y mirando en sus cálices les preguntó: — ¿Sabéis donde está Kay?

— Дзякуй вам! — сказала Герда і пайшла да іншых кветак, заглядвала ў іх чашачкі і пыталася: — Вы не бачылі, дзе Кай?

Pero cada flor, vuelta hacia el sol, soñaba su propio cuento o imaginaba su propia historia; Gerda escuchó muchos de estos cuentos, pero ninguna flor sabía nada sobre Kay.

Але кожная кветка грэлася на сонейку і думала толькі пра сваю ўласную казку ці гісторыю. Шмат іх наслухалася Герда, але ніводная не сказала ні слова пра Кая.

¿Qué le dijo el lirio rojo?


— Escucha el tambor : ¡Bum! ¡Bum! No da más que dos notas, siempre igual: ¡Bum! ¡Bum! ¡Escucha el canto fúnebre de las mujeres! ¡Escucha la llamada de los sacerdotes! …
Vestida con su larga túnica roja, la mujer del hindú está de pie sobre la pira; se alzan las llamas, rodándola a ella y a su marido muerto; pero la mujer piensa en el hombre que está vivo entre la multitud que la circunda y cuyos ojos arden, más brillantes que las llamas; el fuego de sus ojos abrasa el corazón de la mujer antes de ser tocada por las llamas que convertirán en cenizas su cuerpo. ¿Podrá la llama del corazón morir entre las llamas de la pira?


— No comprendo nada en absoluta — dijo la pequeña Gerda.


— Es mi cuento — respondió el lirio rojo.


¿ Qué le dijo la enredadera ?


— Al final del estrecho sendero que discsurre por la montaña, se levanta una antigua mansión; una hiedra tupida crece por sus muros desgastados y rojizos, hasta el balcón al que se asoma una bellísima joven; se inclina sobre el balaustrada y dirige su mirada hacia el camino. Más lozana que la más bella de las rosas, más ligera que una flor de manzano llevada por el vieno, al moverse, los pliegues de su vestido de seda parecen susurrar: ¿Cuándo llegará?


— ¿Te refieres a Kay? — Preguntó Gerda.


— Sólo te he contado mi sueño … un cuento — respondió la enredadera.


¿ Que le dijo el narciso de las nieves ?


— Entre los árboles, colgada de una rama, hay una tabla suspendida de dos cuerdas y dos niñas se están columpiando en ella; sus vestidos son blancos como la nieve y de sus sombreros culegan cintas de seda verde que ondean al viento;


el hermano mayor, de pie sobre el columpio, rodea las cuerdas con sus brazos para no caerse; en una mano sostiene una copa, en la otra, una caña para hacer pompas de jabón; el columpio se balancea y las pompas se elevan por el aire con bonitos colores irisados;


la última está todavía en el extremo del tubo y se mece con el viento; el columpio se balancea. Un perrillo negro, ligero como las pompas, se levanta sobre sus patas traseras, queriendo subirse al columpio; se alza, cae, ladra, se enfada; las risas de unos niños, unas pompas que estallan en el aire… el balanceo de un columpio, una espuma que se rompe … ¡Esta es mi canción!


— Es bonito lo que cuentas, pero tu tono es trsite y para nada me hablas de Kay …
¿ Que le dijeron los jacintos ?


— Había una vez tres hermanas encantadoras, menudas y delicadas; el vestido de la primera era rojo, el de la segunda, azul, y el de la tercera, blanco; cogidas de la mano, bailaban a la luz de la luna junto al lago apacible.


El ambiente estaba perfumado, las tres hermanas desaparecieron en el bosque, aumentó la gragancia del aire … Tres féretros, en los que yacían las tres niñas, salieron de la espesura y se deslizaron por el lago rodeados de lucérnagas que volaban a su alrededor como pequeñas luciérnagas que volaban a su alrededor como pequeñas lamparillas aladas.


¿Duermen las bailarinas? ¿O acaso están muertas? El perfume de las flores nos cuenta que están muertas. La campana de la tarde repica por los muertos…


— Me pones muy trsite — dijo la pequeña Gerda — Tu aroma es intenso. ¡Me haces pensar en las niñas muertas! ¡Ay! ¿Habrá muerto mi amigo Kay? Las rosas han estado bajo tierra y me aseguran que no.


— ¡Din! ¡Dan! — tañeron las campanas del jacinto — No tocamos por el pequeño Kay, pues no le conocemos. Sólo cantamos nuestra canción, la única que sabemos.


Gerda se volvió hacia el ranúnculo amarillo, que brillaba entre el verdor reluciente de las hojas.

Тады Герда пайшла да дзьмухаўца, які ззяў у зіхоткай зялёнай траве.

— Eres como un pequeño y luminoso sol — le dijo Gerda— Dime, si lo sabes, dónde puedo encontrar a mi amigo.

— Ты, маленькае яснае сонейка! — сказала яму Герда. — Скажы, ці не ведаеш, дзе мне шукаць майго пабрацімку?

El renáculo miró a Gerda y brilló con intensidad ¿Qué canción le cantaría el ranúnculo? Probablemente él tampoco le hablaria de Kay.

Дзьмухавец заззяў яшчэ ярчэй і паглядзеў на дзяўчынку. Якую ж песеньку праспяваў ён ёй? На жаль, ў гэтай песеньцы ні слова не гаварылася пра Кая!

— El primer día de la primavera, el sol de Nuestro Señor lucía cálido en el cielo, acariciando con sus rayos las blancas paredes de una pequeña casita; muy cerca, florecían las primeras flores amarillas, cual oro luminoso al tibio resplandor del sol;

— Быў першы вясновы дзень, сонца грэла і так прыветна свяціла на маленькі дварок. Промні яго слізгацелі па белай сцяне суседняй хаты, і каля самай сцяны паказалася першая жоўценькая кветачка, яна ззяла на сонцы, нібы залатая.

la vieja abuela, sentada en su silla junto a la casa, esperaba la visita de su nieta, pobre y linda muchachita que trabajaba de criada; al llegar, la chiquilla abrazó a la abuela. Había oro, oro del corazón, en este beso bendecido. Oro en los labios, oro en el fondo del ser, oro en la hora del alba.

На двор выйшла пасядзець старая бабуля. Вось вярнулася з гасцей яе ўнучка, бедная служанка, і пацалавала бабулю. Пацалунак дзяўчыны даражэйшы за золата — ён ідзе проста ад сэрца. Золата на яе вуснах, золата ў сэрцы, золата і на небе ў ранішні час!

Esta es mi pequeña historia — dijo el ranúnculo.

Вось і ўсё! — сказаў дзьмухавец.

—¡Mi pobre y vieja abuela! — suspiró Gerda — Sí, sin duda está inquieta y apenada por mí, tanto como por el pequeño Kay. Pero volveré pronto, llevando a Kay conmigo … Es inútil que interrogue a las flores, sólo conocen su propia canción, ¡No me dan ninguna pista!

— Няшчасная мая бабуля! — уздыхнула Герда. — Напэўна, яна сумуе па мне і бядуе, як бедавала па Каю. Але я хутка вярнуся і яго прывяду з сабой. Няма чаго больш і распытваць кветкі — толку ад іх не даб’ешся, яны толькі і расказваюць сваё! —

Se recogió su falda para correr mejor y cuando saltaba por encima del narciso, éste le dio un golpecito en la pierna; Gerda se detuvo, miró la esbelta flor amarilla y preguntó:
— ¿Sabes tú algo, quizás … ?
Se inclinó sobre el narciso y .. ¿Qué fué lo que le dijo?


— ¡Puedo verme a mí mismo! ¡Puedo verme a mí mismo! ¡Oh, oh, oh qué bien huelo! … Allá arriba, en la buhardilla, a medio vestir, hay una pequeña bailarina; tan pronto se sotiene sobre una pierna, como lo hace sobre las dos, todo es pura fantasía;


con el pie manda a paseo a todo el mundo y vierte el agua de la tetera sobre una pieza de tela: su corsé… La limpieza es una gran cualidad; el traje blanco está colgado en la percha; tamién lo ha lavado con té y después lo ha puesto a secar en el tejado;


la bailarina se pone su vestido y, para resaltar su blancura, rodea su cuello con una toquilla de color amarilla azafrán. ¡La pierna en alto! ¡Ahí está, erguida sobre un sólo tallo! ¡Puedo verme a mí mismo! ¡Puedo verme a mí mismo!


— Todo eso me resulta indiferente — dijo Gerda —, no significa nada para mí.
Y salió corriendo, corriendo hacia el otro extremo del jardín.

І яна пабегла ў канец саду.

La puerta estaba cerrada y tuvo que forzar el enmohecido picaporte, que cedió; se abrió la puerta y la pequeña Gerda, con sus pies descalzos, se lanzó de nuevo al vasto mundo.

Дзверы былі зачынены, але Герда так доўга хістала іржавую засаўку, што яна паддалася, дзверы адчыніліся, і дзяўчынка так, басаножкай, пабегла па дарозе.

Tres veces se volvió para mirar hacia atrás, pero nadie la seguía; al rato, se cansó de correr, se sentó sobre una piedra, miró a su alrededor y comprobó que el verano había quedado atrás: era otoño avanzado; no había podido darse cuenta de ello en el jardín encantado de la vieja, donde siempre brillaba el sol y habían flores de todas las estaciones.

Разы тры азірнулася назад, але ніхто не гнаўся за ёю. Нарэшце яна стамілася, прысела на камень і агледзелася: лета прайшло, на дварэ была позняя восень. Толькі ў дзівосным бабульчыным садзе, дзе вечна ззяла сонейка і цвілі кветкі ўсіх часін года, гэтага не заўважалася.

—¡Dios mío, cuánto tiempo he perdido! — Pensó Gerda — ¡Estamos ya en otoño! ¡No puedo perder tiempo descansando!— Y se levantó, dispuesta a reemprender su búsqueda.

— Божа! Як жа я забавілася! Бо ўжо восень на дварэ! Тут не да адпачынку! — сказала Герда і зноў рушыла ў дарогу.

¡Ah, qué cansados y doloridos estaban sus pies! ¡Y qué aspecto tan frío e ingrato tenía todo a su alrededor! Los sauces estaban amarillentos y la niebla humedecía sus hojas que, una tras otra, iban cayendo sobre el suelo; sólo el ciruelo silvestre conservaba sus frutos, tan ásperos que hacían rechinar los dientes.

Ах, як нылі яе бедныя стомленыя ножкі! Як холадна, сыра было навокал! Доўгае лісце на вербах зусім пажаўцела, туман асядаў на яго буйнымі кроплямі і сцякаў на зямлю; лісце так і сыпалася. Адзін толькі цярноўнік стаяў увесь пакрыты даўкімі, аскомістымі ягадамі.

¡Oh que trsite y hosco parecía el vasto mundo!

Якім шэрым, панурым здаваўся ўвесь свет!

Cuarto episodio. El Príncipe y la Princesa

Гісторыя чацвертая. Прынц і прынцэса

Gerda tuvo que pararse a descansar de nuevo; sobre la nieve, ante ella, saltó una corneja; el ave se quedó allí un buen rato, la miró, moviendo la cabeza, y dijo:
— ¡Kra, kra! ¿Qué tal va?

Давялося Гердзе зноў прысесці адпачыць. На снезе проста перад ёю скакаў вялікі крумкач. Доўга глядзеў ён на дзяўчынку, ківаючы ёй галавой, і нарэшце прамовіў:
— Кар-кар! Добры дзень!

La corneja no sabía hablar mucho, pero estaba bien dispuesta hacia la niña y le preguntó a dónde se dirigía, tan sola por el vasto mundo.

Выгаворваць па-чалавечы чысцей ён не мог, але жадаў дзяўчынцы дабра і запытаўся ў яе, куды гэта яна брыдзе па белым свеце адзінюткая.

Gerda reparó especialmente en esa palabra: sola, y sintió de pronto todo lo que eso significaba; le contó su historia a la corneja y le preguntó si no había visto a Kay.

Што такое «адзінюткая», Герда ведала вельмі добра, сама на сабе зведала. Расказаўшы крумкачу пра ўсё сваё жыццё, дзяўчынка пацікавілася, ці не бачыў ён Кая.

La corneja sacudió la cabeza con aire reflexivo y dijo:
— ¡Posible, Posible!

Крумкач задумліва пакруціў галавой і сказаў:
— Магчыма! Магчыма!

— ¿De verdad? — gritó la niña.
A punto estuvo de asfixiar a la corneja de tanto que la abrazó.

— Як! Праўда? — усклікнула дзяўчынка і ледзь не задушыла крумкача — так моцна яна яго пацалавала.

— Suavemente, suavemente .. — dijo la corneja — Creo que puede tratarse del pequeño Kay, pero parece que te ha olvidado por princesa.

— Цішэй, цішэй! — сказаў крумкач. — Думаю, гэта быў твой Кай. Але цяпер ён, пэўна, забыўся пра цябе са сваёю прынцэсай!

— ¿Vive con una princesa? — Preguntó Gerda.

— Хіба ён жыве ў прынцэсы? — спытала Герда.

— Sí, escucha — dijo la corneja — Tengo muchas dificultades para hablar tu idioma; si comprendes la lengua de las cornejas, te lo podré contar mucho mejor.

— А вось паслухай, — сказаў крумкач. — Толькі мне вельмі цяжка гаварыць па-вашаму. Калі б ты разумела па-крумкачынаму, я б паведаў табе пра ўсё значна лепш.

— No, nunca la he aprendido— respondió Gerda—, aunque la abuela la sabía .. ¡y también el javanés!

— Не, гэтаму мяне не вучылі, — сказала Герда. — Як шкада!

— Eso no me sirve de mucho — dijo la corneja — En fin, te contaré lo mejor que pueda; ya me disculparás si no me expreso bien.

— Але нічога, — сказаў крумкач. — Раскажу, як здолею, хоць і дрэнна.
І ён расказаў усё, што ведаў.

Y la corneja le contó lo que sabía:
— En el reino del que procedo vive una princesa dotada de una inteligencia prodiciosa. Ha leído todos los periódicos que existen en el mundo … ¡Y los ha olvidado! ¡Hasta tal punto es inteligente!

— У каралеўстве, дзе мы з табой знаходзімся, ёсць прынцэса, такая разумніца, што і перадаць нельга! Прачытала ўсе газеты на свеце і забыла ўсё, што ў іх прачытала, — вось якая разумніца!

Hace algún tiempo, un día que se encontraba sentada en el trono —lo que, según se dice, no es nada divertido— se puso a canturrear una canción que decía : «¿por qué no me casaré?».

Аднаго разу неяк сядзіць яна на троне — а радасці ў гэтым не надта шмат, як людзі кажуць, — і напявае песеньку: «Чаму б мне не выйсці замуж?»

«Bueno, es una idea», pensó ella, y decidió casarse, pero quería un esposo que supiera responder a sus preguntas, un hombre que no se contentara tan sólo con tener un aspecto distinguido, pues eso acaba resultado demasiado aburrido.

«А то і на самай справе!» — падумала яна, і ёй захацелася замуж. Ды мужам яна хацела выбраць такога чалавека, які б умеў адказваць, калі з ім размаўляюць, а не такога, які ўмеў бы толькі важнічаць, — гэта ж так сумна!

Convocó a todas las damas de honor, que, al enterarse de sus proyectos, le manifestaron su aprobación. «Cuánto nos complace — le dijeron—, ya habíamos pensado en ello.»
Lo que te cuento — adivirtió la corneja — es completamente verídico, puedes creerme. Tengo una novia domesticada que circula libremente por el castillo y ella es quien me lo ha contado todo.

І вось барабанным боем склікаюць усіх прыдворных дам, аб’яўляюць ім волю прынцэсы. Як яны ўсе ўзрадаваліся! «Вось гэта нам падабаецца! — кажуць. — Мы і самі нядаўна аб гэтым думалі!» Усё гэта шчырая праўда! — дадаў крумкач. — У мяне пры двары ёсць нявеста — ручная варона, ад яе якраз я і ведаю ўсё гэта.

Naturalmete, su novia era también una corneja, pues cada corneja se junta con su pareja.


En los periódicos se publicó un edicto con una orla de corazones y las iniciales de la princesa; en él se anunciaba que todo joven de buen porte podía presentarse en el castillo para hablar con la princesa; aquel que se comportara de forma más correcta y demostrara ser mejor conversador, se casaria con ella.

На другі дзень усе газеты выйшлі з паласой з сэрцаў і з вензелямі прынцэсы. У газетах было абвешчана, што кожны малады чалавек прыемнага выгляду можа прыйсці ў палац і паразмаўляць з прынцэсай; таго ж, хто будзе трымацца проста, як дома, і акажацца найбольш красамоўным, прынцэса выбера за мужа.

— Créeme — insisitó la corneja—, lo que te cuento es tan cierto como que estoy aquí ahora mismo.

Так, так! — паўтарыў крумкач. — Усё гэта такая ж праўда, як тое, што я сяджу тут перад табою. Народ валам паваліў у палац, пачалася цісканіна і таўкатня, але ўсё без карысці ні ў першы, ні на другі дзень.

Todos era muy capacies de hablar mientras estaban en la calle, pero en cuanto franqueban las puertas del castillo, veían a la guardia con sus uniformes plateados y a los lacayos vestidos en oro por las escaleras y los grandes salones deslumbrantes de luz, se quedaban desconcertados; más aún: al llegar ante el trono, todo lo que sabían hacer era repetir la última palabra pronunciada por la princesa y que ella, naturalmente, no tenía el menor interés en escuchar de nuevo.

На вуліцы ўсе жаніхі размаўляюць выдатна, а варта ім пераступіць парог палаца, убачыць гвардыю ў срэбры ды лакеяў у золаце і ўвайсці ў вялізныя, залітыя святлом залы — і бянтэжацца. Падыдуць да трона, дзе сядзіць прынцэса, ды і паўтараюць за ёю яе ж словы, а ёй зусім не гэта было патрэбна.

Parecía que hubieran ingerido rapé y se hubieran quedado atontados … hasta que, de vuelta otra vez en la calle, podían hablar de nuevo normalmente.

Ну, быццам на іх чары напускалі, апойвалі дурманам! А выйдуць за вароты — зноў вяртаецца да іх дар слова.

Los pretendientes formaban una larga cola que llegaba desde las puertas de la ciudad hasta el castillo. Yo mismo me acerqué a verles — dijo la corneja — Tras tantas horas de espera, terminaban por tener hambre y sed, pero nada recibían del castillo, ni tan siquiera un vaso de agua.

Ад самых варот да дзвярэй цягнуўся доўгі-доўгі хвост жаніхоў. Я сам там быў і бачыў.

Algunos, los más espabilados, se habían llevado rebanadas de pan con mantequilla que se negaban a compartir con nadie, pues pensaban: «Si tienen aspecto de hambrientos, no serán elegidos por la princesa».


— Pero Kay, el pequeño Kay … — preguntó Gerda — ¿Cuándo llegó? ¿Estaba entre toda aquella gente?

— Ну, а Кай жа, Кай? — спытала Герда. — Калі ж ён з’явіўся? І ён прыйшоў сватацца?

— Paciencia, paciencia, ahora llegaremos a él. Era el tercer día cuando apareció un pequeño personaje, sin caballo ni carruaje, que con paso decidido subió derecho hacia el castillo; sus ojos brillaban como brillan los tuyos, su cabello era largo y hermoso, aunque sus vestiduras eran pobres.

— Пачакай! Пачакай! Вось мы якраз дайшлі і да яго!На трэці дзень з’явіўся невялічкі чалавечак, не ў карэце, не вярхом, а проста пяшком, і напрасткі ў палац. Вочы ззяюць, як твае, валасы доўгія, вось толькі апрануты бедна.

— ¡Era Kay! — interrumpió Gerda entusiasmada — ¡Oh, lo encontré! ¡Lo encontré! — exclamaba dando palmadas.

— Гэта Кай! — узрадавалася Герда. — Я знайшла яго! — І яна запляскала ў ладкі.

— Llevaba un pequeño morral a la espalda — continuó la corneja.

— За плячыма ў яго была торба, — працягваў крумкач.

— No, seguramente se trataba de su trineo — observó Gerda — Cuando desapareció llevaba consigo su trineo.

— Не, гэта, пэўна, былі яго санкі! — сказала Герда. — Ён пайшоў з дому з санкамі.

— Puede ser — dijo la corneja —, no pude verlo de cerca; pero sé por mi novia domesticada que cuando entró en el castillo y vio la guarda con sus uniformes plateados y sobre las escaleras los lacayos vestidos en oro, no se intimidó en absoluto; les saludó con la cabeza y dijo:

— Магчыма і так! — сказаў крумкач. — Я не асабліва прыглядваўся. Дык вось, мая нявеста расказвала, як увайшоў ён у вароты палаца і ўбачыў гвардыю ў срэбры, а па ўсёй лесвіцы лакеяў у золаце, то ніколькі не разгубіўся, толькі галавой кіўнуў і сказаў:

«Debe ser aburrido quedarse en las escaleras, prefiero entrar dentro».

«Сумненька, відаць, стаяць тут на лесвіцы, увайду ж я лепш у пакоі!»

Los salones estaban deslumbrantes. Chambelanes y consejeros andaban descalzos para no hacer ruido portando bandejas de oro. ¡Era algo impresionante! A cada pisada, sus botas crujían terriblemente, pero él no parecía preocuparse lo más mínimo por eso.

А ўсе залы заліты святлом. Тайныя саветнікі і іх правасхадзіцельствы пахаджваюць без ботаў, залатыя талеркі са стравамі разносяць, — больш урачыста і немагчыма. Боты яго жахліва рыпяць, а яму хоць бы што.

— Sin duda se trata de Kay — dijo Gerda—. Sé que tenía zapatos nuevos; los oí crujir en la habitación de la abuela.

— Гэта, напэўна, Кай! — усклікнула Герда. — Я ведаю, ён быў у новых ботах. Я сама чула, як яны рыпелі, калі ён прыходзіў да бабулі.

— Cierto, hacían mucho ruido— dijo la corneja—. Audazmente avanzó hacia la princesa, que estaba sentada sobre una perla tan grande como la rueda de una rueca; todas las damas de la corte, con sus servidores y los criados de los servidores, estaban alineados ante ella; cuant más cerca estaban de la puerta, más orgulloso aparecía su semblante.

— Так, яны вельмі рыпелі, — працягваў крумкач. — Але ён смела падышоў да прынцэсы. Яна сядзела на жамчужыне памерам з кола калаўрота, а вакол стаялі прыдворныя дамы са сваімі служанкамі і служанкамі служанак і кавалеры са слугамі і слугамі слуг, а ў тых зноў прыслужнікі. Чым бліжэй хтосьці стаяў да дзвярэй, тым вышэй задзіраў нос.

El pequeño paje del criado de un servidor, que va siempre con pantuflas, tenía un aspecto imponente, ¡tan orgulloso se sentía de estar junto a la puerta!

На прыслужніка слугі, які прыслужваў слузе і стаяў каля самых дзвярэй, нельга было і зірнуць без дрыжыкаў — такі ён быў важны!

— Eso debe ser horrible — dijo la pequeña Gerda —¿Y consiguió Kay casarse con la princesa?

— Ну і страхоцце ж! — сказала Герда. — А Кай усё ж такі ажаніўся з прынцэсай?

— Si no hubiera sido corneja, sin duda habría sido yo el elegido, aunque lo cierto es que estoy ya prometido. En cualquier caso, parece que el joven habló tan bien como yo mismo pueda hacerlo cuando me expreso en mi lengua; mi novia domesticada así me lo ha dicho.

— Калі б я не быў крумкачом, я б сам ажаніўся з ёю, хоць я і заручаны. Ён завёў з прынцэсай размову і размаўляў не горш, чым я па-крумкачынаму, — так, прынамсі, сказала мне мая нарачоная.

Era intrépido y gentil; en realidad no había venido a pedir la mano de la princesa, sino tan sólo a constatar su inteligencia, que valoró en alto grado, así como la princesa, a su vez, estimó altamente la de él.

Трымаўся ён свабодна і міла і заявіў, што прыйшоў не сватацца, а толькі паслухаць разумную прынцэсу. Ну і вось, яна яму спадабалася, ён ёй таксама.

— ¡Sí, seguro que se trataba de Kay! — exclamó Gerda—. Era tan inteligente que sabía calcular de memoria incluso con fracciones… ¡Oh! ¿Por que no me introduces en el castillo?

— Так-так, гэта Кай! — сказала Герда. — Ён жа такі разумны! Ён ведаў усе чатыры дзеянні арыфметыкі, ды яшчэ з дробамі! Ах, правядзі ж мяне ў палац!

— Bueno, eso es fácil de decir, pero no tanto de hacer — respondió la corneja— No sé cómo podríamos arreglarlo… Hablaré con mi novia domesticada; seguro que no puede sugerir algo; aunque debo decirte que, habitualmente, jamás se permite la entrada en el castillo a una niña como tú.

— Лёгка сказаць, — адказаў крумкач, — цяжка зрабіць. Пачакай, я пагавару з маёй нявестай, яна што-небудзь прыдумае і параіць нам. Ты думаеш, што цябе вось так прама і пусцяць у палац? Не, не вельмі і пускаюць такіх дзяўчынак!

— ¡Entraré! — dijo Gerda —. Si Kay se entera de que estoy aquí, vendrá en seguida a buscarme.

— Мяне пусцяць! — сказала Гёрда. — Калі Кай пачуе, што я тут, ён адразу ж прыбяжыць па мяне.

— Espérame allí, junto a la escalera— dijo la corneja volviendo la cabeza y emprendiendo el vuelo.

— Пачакай мяне тут каля агароджы, — сказаў крумкач, страсянуў галавой і паляцеў.

Cuando regresó, ya había oscurecido.
— ¡Kra, kra! — graznó— Mi novia te envía sus más cariñosos saludos; me ha dado este panecillo para ti; lo ha cogido de la cocina, donde siempre hay pan en abundancia; sin duda tendrás hambre…

Вярнуўся ён ужо зусім пад вечар і закаркаў:
— Кар! Кар! Мая нявеста шле табе тысячу паклонаў і вось гэту булачку. Яна ўкрала яе на кухні — там іх многа, а ты, пэўна, галодная!..

No te será posible entrar descalza en el castillo; la guardia de uniformes plateados y los lacayos vestidos en oro no lo permitirían; pero no llores, porque, a pesar de todo, en seguida estarás dentro. Mi novia conoce una escalera secreta , que conduce al dormitorio; ella sabe donde se encuentra la llave.

Ну, у палац табе не трапіць: ты ж босая — гвардыя ў срэбры і лакеі ў золаце нізашто не прапусцяць цябе. Але не плач, ты ўсё ж такі будзеш там. Нявеста мая ведае, як прайсці ў спальню прынцэсы з чорнага ходу і дзе дастаць ключ.

Y se encaminaros hacia el jardín atravesando la gran alameda alfombrada por las hojas que caían de los árboles; las luces se fueron apagando una a una; cuando todo estuvo oscuro, la corneja condujo a la pequeña Gerda hasta una puerta trasera que se encontraba entornada.

І вось яны ўвайшлі ў сад, пайшлі па доўгіх алеях, дзе адно за адным падала асенняе лісце, і калі агні ў палацы патухлі, крумкач правёў дзяўчынку ў прачыненыя дзверы.

¡Oh, como latía el corazón de Gerda por la inquietud y la ansiedad! Parecería que iba a hacer algo malo, cuando, en realidad, sólo quería saber si se trataba de su amigo Kay;

О, як білася сэрцайка Герды ад страху і нецярплівасці! Нібы яна збіралася зрабіць штосьці дрэннае, а яна ж толькі хацела даведацца, ці не тут яе Кай!

sí, tenía que ser él; pensaba en sus ojos vivos y en sus largos cabellos; creía verle sonreír,como cuando estaban sentados, allá en su casa, junto a los rosales.

Так, так, ён, пэўна, тут! Герда так выразна ўяўляла сабе яго разумныя вочы, доўгія валасы, і як ён усміхаўся ёй, калі яны, бывала, сядзелі побач пад кустамі ружаў.