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El fantasma de Canterville / Das Gespenst von Canterville — на іспанскай і нямецкай мовах

Іспанска-нямецкая кніга-білінгва

Oscar Wilde

El fantasma de Canterville

Oscar Wilde

Das Gespenst von Canterville

Übersetzung: Franz Blei.

Capitulo I

Kapitel I

Cuando míster Hiram B. Otis, el ministro de América, compró Canterville-Chase, todo el mundo le dijo que cometía una gran necedad, porque la finca estaba embrujada.

Als Mr. Hiram B. Otis, der amerikanische Gesandte, Canterville Chase kaufte, sagte ihm jeder, das sei sehr töricht gehandelt, weil es keinen Zweifel darüber gäbe, daß dort ein Gespenst umgehe.

Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosa honradez, se creyó en el deber de participárselo a míster Otis, cuando llegaron a discutir las condiciones.

In der Tat hatte es Lord Canterville selbst, ein Mann von geradezu überspitztem Ehrgefühl, für seine Pflicht erachtet, diesen Umstand Mr. Otis gegenüber zu erwähnen, als sie über die Bedingungen verhandelten.

—Nosotros mismos —dijo lord Canterville- nos hemos resistido en absoluto a vivir en ese sitio desde la época en que mi tía abuela, la duquesa de Bolton, tuvo un desmayo, del que nunca se repuso por completo, motivado por el espanto que experimentó al sentir que dos manos de esqueleto se posaban sobre sus hombros, estando vistiéndose para cenar. Me creo en el deber de decirle, míster Otis, que el fantasma ha sido visto por varios miembros de mi familia, que viven actualmente, así como por el rector de la parroquia, el reverendo Augusto Dampier, agregado del King’s College, de Oxford.

„Wir mochten selber nicht mehr dort wohnen“, sagte Lord Canterville, „seit meine Großtante, die Herzoginwitwe von Bolton, vor Schreck einen Anfall bekam, von dem sie sich nie mehr so recht erholte, weil sich zwei Knochenhände auf ihre Schultern legten, als sie sich zum Dinner ankleidete, und ich fühle mich verpflichtet, Ihnen zu sagen, Mister Otis, daß mehrere lebende Mitglieder meiner Familie das Gespenst gesehen haben sowie auch der Pfarrherr der Gemeinde, Ehrwürden Augustus Dampier, graduiertes Mitglied des King’s College in Cambridge.

Después del trágico accidente ocurrido a la duquesa, ninguna de las doncellas quiso quedarse en casa, y lady Canterville no pudo ya conciliar el sueño, a causa de los ruidos misteriosos que llegaban del corredor y de la biblioteca.

Nachdem der Herzogin jener Unglücksfall zugestoßen war, wollte keiner von der jüngeren Dienerschaft bei uns bleiben, und Lady Canterville fand des Nachts häufig nur wenig Schlaf wegen der mysteriösen Geräusche, die vom Gang und aus der Bibliothek kamen.“

—Mi lord —respondió el ministro—, adquiriré el inmueble y el fantasma, bajo inventario. Llego de un país moderno, en el que podemos tener todo cuanto el dinero es capaz de proporcionar, y esos mozos nuestros, jóvenes y avispados, que recorren de parte a parte el viejo continente, que se llevan los mejores actores de ustedes, y sus mejores «prima donnas», estoy seguro de que si queda todavía un verdadero fantasma en Europa vendrán a buscarlo enseguida para colocarlo en uno de nuestros museos públicos o para pasearle por los caminos como un fenómeno.

„My Lord“, erwiderte der Gesandte, „ich übernehme die Einrichtung und das Gespenst zum Taxpreis. Ich komme aus einem modernen Land, wo wir alles haben, was für Geld zu kaufen ist, und angesichts all unserer rührigen jungen Leute, die mit ihrer Unternehmungslust etwas Leben in die Alte Welt bringen und euch eure besten Schauspielerinnen und Primadonnen wegholen, denke ich mir, wenn es so etwas wie ein Gespenst in Europa gibt, dann haben wir es in kürzester Zeit zu Hause in einem unserer öffentlichen Museen oder als Sehenswürdigkeit einer Wanderschau.“

—El fantasma existe, me lo temo —dijo lord Canterville, sonriendo—, aunque quizá se resiste a las ofertas de los intrépidos empresarios de ustedes. Hace más de tres siglos que se le conoce. Data, con precisión, de mil quinientos setenta y cuatro, y no deja de mostrarse nunca cuando está a punto de ocurrir alguna defunción en la familia.

„Ich fürchte, das Gespenst existiert wirklich“, sagte Lord Canterville lächelnd, „wenn es vielleicht auch nicht auf die Angebote Ihrer tüchtigen Impresarien eingegangen ist. Es ist seit drei Jahrhunderten wohlbekannt, genaugenommen seit 1584, und erscheint stets vor dem Tode eines Mitglieds unserer Familie.“

—¡Bah! Los médicos de cabecera hacen lo mismo, lord Canterville. Amigo mío, un fantasma no puede existir, y no creo que las leyes de la Naturaleza admitan excepciones en favor de la aristocracia inglesa.

„Nun, was das betrifft, macht es der Hausarzt genauso, Lord Canterville. Aber es gibt nichts Derartiges wie Gespenster, Sir, und die Naturgesetze werden sich der britischen Aristokratie zuliebe vermutlich nicht aufheben lassen.“

—Realmente son ustedes muy naturales en América —dijo lord Canterville, que no acababa de comprender la última observación de míster Otis—. Ahora bien: si le gusta a usted tener un fantasma en casa, mejor que mejor. Acuérdese únicamente de que yo le previne.

„Sie in Amerika sind gewiss sehr natürlich“, antwortete Lord Canterville, der Mr. Otis’ letzte Bemerkung nicht ganz verstand, „und wenn es Ihnen nichts ausmacht, ein Gespenst im Hause zu haben, ist alles in Ordnung. Nur dürfen Sie nicht vergessen, daß ich Sie gewarnt habe.“

Algunas semanas después se cerró el trato, y a fines de estación el ministro y su familia emprendieron el viaje a Canterville.

Wenige Wochen danach war der Kauf abgeschlossen, und gegen Ende der Saison begab sich der Gesandte mit seiner Familie nach Canterville Chase.

Mistres Otis, que con el nombre de miss Lucrecia R. Tappan, de la calle West, 52, había sido una ilustre «beldad» de Nueva York, era todavía una mujer guapísima, de edad regular, con unos ojos hermosos y un perfil soberbio.

Mrs. Otis war als Miss Lucretia R. Tappan, New York West, 53. Straße, eine gefeierte Newyorker Schönheit gewesen und jetzt eine sehr ansehnliche Frau mittleren Alters mit schönen Augen und einem herrlichen Profil.

Muchas damas americanas, cuando abandonan su país natal, adoptan aires de persona atacada de una enfermedad crónica, y se figuran que eso es uno de los sellos de distinción de Europa; pero mistress Otis no cayó nunca en ese error. Tenía una naturaleza magnífica y una abundancia extraordinaria de vitalidad. A decir verdad, era completamente inglesa bajo muchos aspectos, y hubiese podido citársela en buena lid para sostener la tesis de que lo tenemos todo en común con América hoy día, excepto la lengua, como es de suponer.

Viele amerikanische Damen geben sich, wenn sie ihr Heimatland verlassen, den Anschein chronischer Unpässlichkeit, weil sie unter dem Eindruck stehen, das gehöre in Europa zur feinen Lebensart; in diesen Irrtum war jedoch Mrs. Otis nie verfallen. Sie besaß eine vortreffliche Konstitution und ein wirklich erstaunliches Maß an Lebensfreude. Unbestritten war sie in vieler Hinsicht durchaus englisch und ein hervorragendes Beispiel für die Tatsache, daß wir heute wahrhaftig alles mit Amerika gemeinsam haben, natürlich mit Ausnahme der Sprache.

Su hijo mayor, bautizado con el nombre de Washington por sus padres, en un momento de patriotismo que él no cesaba de lamentar, era un muchacho rubio, de bastante buena figura, que se había erigido en candidato a la diplomacia, dirigiendo un cotillón en el casino de Newport durante tres temporadas seguidas, y aun en Londres pasaba por ser bailarín excepcional.

Ihr ältester Sohn, den die Eltern zu seinem ständigen Kummer in einer Anwandlung von Patriotismus auf den Namen Washington getauft hatten, war ein blonder, recht gut aussehender junger Mann, der sich für die amerikanische Diplomatie befähigt hatte, indem er im Gesellschaftshaus von Newport drei aufeinanderfolgende Sommer lang den Reigen eröffnete und selbst in London als vorzüglicher Tänzer bekannt war.

Sus únicas debilidades eran las gardenias y la patria; aparte de esto, era perfectamente sensato.

Gardenien und die Pairswürde waren seine einzigen Schwächen. Im übrigen war er ungemein vernünftig.

Miss Virginia E. Otis era una muchachita de quince años, esbelta y graciosa como un cervatillo, con un bonito aire de despreocupación en sus grandes ojos azules.

Miss Virginia E. Otis war ein kleines Mädchen von fünfzehn Jahren, biegsam und liebreizend wie ein Rehkälbchen und mit einem schönen Freimut in den großen blauen Augen.

Era una amazona maravillosa, y sobre su «poney» derrotó una vez en carreras al viejo lord Bilton, dando dos veces la vuelta al parque, ganándole por caballo y medio, precisamente frente a la estatua de Aquiles, lo cual provocó un entusiasmo tan delirante en el joven duque de Cheshire, que la propuso acto continuo el matrimonio, y sus tutores tuvieron que expedirle aquella misma noche a Elton, bañado en lágrimas.

Sie war eine bewundernswerte Amazone und hatte eines Tages auf ihrem Pony ein Wettreiten mit dem alten Lord Bilton veranstaltet, das zweimal rund um den Park führte und das sie genau vor der Achillesstatue mit anderthalb Längen gewann - zur ungeheuren Begeisterung des jungen Herzogs von Cheshire, der ihr auf der Stelle einen Heiratsantrag machte und noch am selben Abend, in Tränen schwimmend, von seinen Vormündern nach Eton zurückgeschickt wurde.

Después de Virginia venían dos gemelos, conocidos de ordinario con el nombre de Estrellas y Bandas, porque se les encontraba siempre ostentándolas. Eran unos niños encantadores, y, con el ministro, los únicos verdaderos republicanos de la familia.

Nach Virginia kamen die Zwillinge, gewöhnlich ‘das Sternenbanner’ genannt, da sie ständig verbleut wurden und rote Striemen hatten. Sie waren reizende Buben und, abgesehen von dem trefflichen Gesandten, die einzigen wahren Republikaner in der Familie.

Como Canterville-Chase está a siete millas de Ascot, la estación más próxima, míster Otis telegrafió que fueran a buscarle en coche descubierto, y emprendieron la marcha en medio de la mayor alegría. Era una noche encantadora de julio, en que el aire estaba aromado de olor a pinos. De cuando en cuando oíase a una paloma arrullándose con su voz más dulce, o entreveíase, entre la maraña y el fru-fru de los helechos, la pechuga de oro bruñido de algún faisán.

Da Canterville Chase sieben Meilen von Ascot, der nächsten Eisenbahnstation, entfernt liegt, hatte Mr. Otis nach einem Break telegraphiert, sie abzuholen, und frohgelaunt traten sie die Fahrt an. Es war ein wunderschöner Juliabend und die Luft erfüllt von dem köstlichen Wohlgeruch der Fichtenwälder. Hin und wieder hörten sie eine Holztaube, die über ihre eigene liebliche Stimme nachsann, oder sahen tief in dem raschelnden Farnkraut die brünierte Brust des Fasans.

Ligeras ardillas los espiaban desde lo alto de las hayas a su paso; unos conejos corrían como exhalaciones a través de los matorrales o sobre los collados herbosos, levantando su rabo blanco.

Kleine Eichhörnchen guckten von den Rotbuchen auf die Vorbeifahrenden, und die Kaninchen flohen, die weiße Blume in die Luft gereckt, durch das Dickicht und über die moosigen Hügel.

Sin embargo, no bien entraron en la avenida de Canterville-Chase, el cielo se cubrió repentinamente de nubes. Un extraño silencio pareció invadir toda la atmósfera, una gran bandada de cornejas cruzó calladamente por encima de sus cabezas, y antes de que llegasen a la casa ya habían caído algunas gotas.

Doch als der Wagen in die Allee von Canterville Chase einbog, wurde der Himmel plötzlich von Wolken verdunkelt, und eine seltsame Lautlosigkeit schien die Luft stillstehen zu lassen; ein großer Schwarm Krähen glitt unhörbar über die Köpfe hinweg, und ehe sie das Haus erreichten, waren schon ein paar dicke Regentropfen gefallen.

En los escalones se hallaba para recibirles una vieja, pulcramente vestida de seda negra, con cofia y delantal blancos. Era mistress Umney, el ama de gobierno que mistress Otis, a vivos requerimientos de lady Canterville, accedió a conservar en su puesto.

Auf der Freitreppe stand zu ihrem Empfang bereit eine alte Frau, schmuck in schwarze Seide gekleidet, mit weißer Haube und Schürze. Das war Mrs. Umney, die Haushälterin; Mrs. Otis hatte auf Lady Cantervilles anständige Bitte hin eingewilligt, sie in ihrer bisherigen Stellung zu behalten.

Hizo una profunda reverencia a la familia cuando echaron pie a tierra, y dijo, con un singular acento de los buenos tiempos antiguos:
—Les doy la bienvenida a Canterville-Chase.

Sie machte, als sie ausstiegen, vor jedem einen tiefen Knicks und sagte auf eine wunderliche, altmodische Art: „Ich entbiete Ihnen den Willkommensgruß in Canterville Chase.“

La siguieron, atravesando un hermoso hall, de estilo Túdor, hasta la biblioteca, largo salón espacioso que terminaba en un ancho ventanal acristalado. Estaba preparado el té. Luego, una vez que se quitaron los trajes de viaje, sentáronse todos y se pusieron a curiosear en torno suyo, mientras mistress Umney iba de un lado para el otro.

Sie folgten ihr durch die schöne Tudorhalle in die Bibliothek, einen langen, niedrigen Raum mit einer Täfelung aus dunkler Eiche, an deren Ende sich ein großes Fenster aus buntem Glas befand. Hier fanden sie den Tee serviert, und nachdem sie sich ihrer Hüllen entledigt hatten, setzten sie sich und begannen Umschau zu halten, während Mrs. Umney sie bediente.

De pronto, la mirada de mistress Otis cayó sobre una mancha de un rojo oscuro que había sobre el pavimento, precisamente al lado de la chimenea y, sin darse cuenta de sus palabras, dijo a mistress Umney:
—Veo que han vertido algo en ese sitio.

Plötzlich gewahrte Mrs. Otis genau neben dem Kamin einen dunkelroten Fleck auf dem Fußboden, und ohne zu ahnen, was er in Wahrheit zu bedeuten hatte, sagte sie zu Mrs. Umney: „Ich fürchte, da ist etwas vergossen worden.“

—Sí, señora —contestó mistress Umney en voz baja—. Ahí se ha vertido sangre.

„Ja, Madam“, erwiderte die alte Haushälterin mit leiser Stimme, „Blut ist an der Stelle vergossen worden.“

—¡Es espantoso! —exclamó mistress Otis—. No quiero manchas de sangre en un salón. Es preciso quitar eso inmediatamente.

„Wie grässlich!“, rief Mrs. Otis aus, „Blutflecke in einem Wohnraum mag ich ganz und gar nicht! Er muß sofort entfernt werden.“

La vieja sonrió, y con la misma voz baja y misteriosa, respondió:
—Es sangre de lady Leonor de Canterville, que fue muerta en ese mismo sitio por su propio marido, sir Simón de Canterville, en mil quinientos sesenta y cinco.

Die alte Frau lächelte und antwortete mit derselben leisen, geheimnisvollen Stimme: „Es ist das Blut Lady Eleanores von Canterville, die 1575 genau an der Stelle von ihrem eigenen Gatten, Sir Simon von Canterville, ermordet wurde.

Sir Simón la sobrevivió nueve años, desapareciendo de repente en circunstancias misteriosísimas. Su cuerpo no se encontró nunca, pero su alma culpable sigue embrujando la casa. La mancha de sangre ha sido muy admirada por los turistas y por otras personas, pero quitarla, imposible.

Sir Simon überlebte sie um neun Jahre und verschwand plötzlich unter höchst rätselhaften Umständen. Sein Leichnam wurde nie entdeckt, aber sein schuldbeladener Geist geht immer noch im Schlosse um. Der Blutfleck wurde von Touristen und anderen sehr bewundert und kann nicht entfernt werden.“

—Todo eso son tonterías —exclamó Washington Otis—. El producto «quitamanchas», el limpiador incomparable del «campeón Pinkerton» hará desaparecer eso en un abrir y cerrar de ojos.

„Das ist lauter Unsinn“, rief Washington Otis, „Pinkertons Qualitäts-Fleckenentferner und -Intensivreiniger wird ihn im Handumdrehen beseitigend.

Y antes de que el ama de gobierno, aterrada, pudiera intervenir, ya se había arrodillado y frotaba vivamente el entarimado con una barrita de una sustancia parecida al cosmético negro. A los pocos instantes la mancha había desaparecido sin dejar rastro.

Und ehe die entsetzte Haushälterin einschreiten konnte, hatte er sich auf die Knie niedergelassen und rieb den Fußboden mit einem kleinen Stift ab, der wie schwarze Schminke aussah. Wenige Augenblicke später war von dem Blutfleck keine Spur mehr zu sehen.“

—Ya sabía yo que el «Pinkerton» la borraría —exclamó en tono triunfal, paseando una mirada circular sobre su familia, llena de admiración. Pero apenas había pronunciado esas palabras, cuando un relámpago formidable iluminó la estancia sombría, y el retumbar del trueno levantó a todos, menos a mistress Umney, que se desmayó.

„Ich wusste, daß Pinkerton es schaffen würde!“ rief er triumphierend und sah sich nach seiner staunenden Familie um; doch kaum hatte er diese Worte ausgesprochen, als ein gewaltiger Blitz den düsteren Raum erhellte und ein schrecklicher Donnerschlag alle von ihren Stühlen hob; Mrs. Umney fiel in Ohnmacht.

—¡Qué clima más atroz! —dijo tranquilamente el ministro, encendiendo un largo veguero—. Creo que el país de los abuelos está tan lleno de gente, que no hay buen tiempo bastante para todo el mundo. Siempre opiné que lo mejor que pueden hacer los ingleses es emigrar.

„Was für ein scheußliches Klima!“ bemerkte gelassen der amerikanische Gesandte und zündete sich eine lange Manilazigarre an. „Vermutlich ist das alte England so übervölkert, daß sie nicht genügend anständiges Wetter für alle haben. Ich bin stets der Ansicht gewesen, daß Auswanderung für England das einzig Vernünftige ist.“

—Querido Hiram —replicó mistress Otis—, ¿qué podemos hacer con una mujer que se desmaya?

„Mein lieber Hiram“, rief Mrs. Otis, „was sollen wir mit einer Frau anfangen, die in Ohnmacht fällt?“

—Descontaremos eso de su salario en caja. Así no se volverá a desmayar. En efecto, mistress Umney no tardó en volver en sí.

„Rechne es ihr wie zerschlagenes Geschirr an“, erwiderte der Gesandte, „dann wird sie nicht mehr in Ohnmacht fallen“.

Sin embargo, veíase que estaba conmovida hondamente, y con voz solemne advirtió a mistress Otis que debía esperarse algún disgusto en la casa.

Und tatsächlich kam Mrs. Umney wenige Augenblicke später zu sich. Dennoch stand außer Zweifel, daß sie im höchsten Grade beunruhigt war, und sie warnte Mr. Otis mit ernster Stimme, er möge auf der Hut sein, daß kein Kummer über das Haus käme.

—Señores, he visto con mis propios ojos algunas cosas… que pondrían los pelos de punta a cualquier cristiano. Y durante noches y noches no he podido pegar los ojos a causa de los hechos terribles que pasaban.

„Ich habe mit eigenen Augen Dinge gesehen, Sir“, sagte sie, „daß sich jedem Christenmenschen die Haare sträuben würden, und viele, viele Nächte habe ich kein Auge zugetan wegen der furchtbaren Dinge, die hier geschehen.“

A pesar de lo cual, míster Otis y su esposa aseguraron vivamente a la buena mujer que no tenían miedo ninguno de los fantasmas. La vieja ama de llaves, después de haber impetrado la bendición de la Providencia sobre sus nuevos amos y de arreglárselas para que le aumentasen el salario, se retiró a su habitación renqueando.

Mr. Otis und seine Frau versicherten der ehrlichen Seele jedoch energisch, daß sie sich nicht vor Gespenstern fürchteten, und nachdem die alte Haushälterin den Segen der Vorsehung auf ihre neue Herrschaft herabgefleht und eine Lohnerhöhung mit ihr vereinbart hatte, wankte sie davon in ihr eigenes Zimmer.

Capitulo II

Kapitel II

La tempestad se desencadenó durante toda la noche, pero no produjo nada extraño. Al día siguiente, por la mañana, cuando bajaron a almorzar, encontraron de nuevo la terrible mancha sobre el entarimado.

Das Unwetter tobte und wütete die ganze Nacht; aber sonst ereignete sich nichts von besonderer Bedeutung. Doch als sie am nächsten Morgen zum Frühstück herunterkämen, fanden sie den entsetzlichen Blutfleck abermals auf dem Fußboden.

—No creo que tenga la culpa el «quita manchas» —dijo Washington—, pues lo he ensayado sobre toda clase de manchas. Debe de ser cosa del fantasma.

„Ich glaube nicht, daß es an dem Intensivreiniger liegen kann“, sagte Washington, „denn den habe ich an allem möglichen ausprobiert. Es muß das Gespenst sein.“

En consecuencia, borró la mancha, después de frotar un poco. Al otro día, por la mañana, había reaparecido.

Also beseitigte er den Fleck ein zweites Mal, aber am Morgen darauf war er wieder zum Vorschein gekommen.

Y, sin embargo, la biblioteca permanecía cerrada la noche anterior, llevándose la llave mister Otis.

Auch am dritten Morgen war er da, obgleich Mr. Otis abends eigenhändig die Bibliothek abgeschlossen und den Schlüssel mit hinaufgenommen hatte.

Desde entonces, la familia empezó a interesarse por aquello. Míster Otis se hallaba a punto de creer que había estado demasiado dogmático negando la existencia de los fantasmas. Mister Otis expresó su intención de afiliarse a la Sociedad Psíquica, y Washington preparó una larga carta a míster Myers y Podmone, basada en la persistencia de las manchas de sangre cuando provienen de un crimen.

Die gesamte Familie war jetzt höchst interessiert; Mr. Otis kam der Verdacht, als sei es allzu starrsinnig von ihm gewesen, die Existenz von Gespenstern zu leugnen; Mrs. Otis gab ihre Absicht kund, dem Spiritistenverein beizutreten, und Washington verfasste einen langen Brief an die Firma Myers und Podmore über die Hartnäckigkeit von Blutflecken in Verbindung mit Verbrechen.

Aquella noche disipó todas las dudas sobre la existencia objetiva de los fantasmas.

In dieser Nacht wurden alle Zweifel an der nachweisbaren Existenz von Geistererscheinungen für immer abgetan.

La familia había aprovechado la frescura de la tarde para dar un paseo en coche.

Der Tag war warm und sonnig gewesen, und in der Abendkühle verließ die ganze Familie das Haus zu einer Spazierfahrt.

Regresaron a las nueve, tomando una ligera cena.

Erst gegen neun Uhr kamen sie heim und aßen eine leichte Abendmahlzeit.

La conversación no recayó ni un momento sobre los fantasmas, de manera que faltaban hasta las condiciones más elementales de «espera» y de «receptibilidad» que preceden tan a menudo a los fenómenos psíquicos.

Die Unterhaltung drehte sich keineswegs um Gespenster, deshalb waren nicht einmal jene Grundvoraussetzungen für die aufnahmebereite Erwartung geschaffen, die so häufig der Wahrnehmung übersinnlicher Erscheinungen vorangeht.

Los asuntos que discutieron, por lo que luego he sabido por mistress Otis, fueron simplemente los habituales en la conversación de los americanos cultos que pertenecen a las clases elevadas, como, por ejemplo, la inmensa superioridad de miss Janny Davenport sobre Sarah Bernhardt, como actriz; la dificultad para encontrar maíz verde, galletas de trigo sarraceno, aun en las mejores casas inglesas; la importancia de Boston en el desenvolvimiento del alma universal; las ventajas del sistema que consiste en anotar los equipajes de los viajeros, y la dulzura del acento neoyorquino, comparado con el dejo de Londres.

Die Gesprächtsthemen, so erfuhr ich später von Mr. Otis, waren nur solcherart, wie sie unter gebildeten Amerikanern der höheren Klasse üblich sind: wie ungeheuer Miss Fanny Davenport als Schauspielerin Sarah Bernhardt überlegen sei; die Schwierigkeit, selbst in den besten englischen Häusern junge Maiskolben, Buchweizenfladen und Maisbrei zu bekommen; die Bedeutung Bostons für die Entwicklung der Weltseele; die Vorteile des Gepäckscheinsystems für Reisen mit der Eisenbahn und der angenehme Wohllaut der Newyorker Aussprache im Vergleich zu dem Londoner Silbenkauen.

No se trató para nada de lo sobrenatural, no se hizo ni la menor alusión indirecta a sir Simón de Canterville. A las once, la familia se retiró. A las doce y media estaban apagadas todas las luces.

Mit keinem Wort wurde das Übernatürliche erwähnt oder auf Sir Simon von Canterville angespielt. Um elf Uhr zog sich die Familie zurück, und um halb zwölf war überall das Licht aus.

Poco después, míster Otis se despertó con un ruido singular en el corredor, fuera de su habitación. Parecía un ruido de hierros viejos, y se acercaba cada vez más.

Eine Weile später wurde Mr. Otis durch ein merkwürdiges Geräusch auf dem Gang vor seinem Zimmer geweckt. Es klang wie Klirren von Metall und schien mit jedem Augenblick näher zu kommen.

Se levantó en el acto, encendió la luz y miró la hora. Era la una en punto.

Er stand sofort auf, zündete ein Streichholz an und sah nach, wie spät es sei. Es war Punkt ein Uhr.

Míster Otis estaba perfectamente tranquilo. Se tomó el pulso y no lo encontró nada alterado. El ruido extraño continuaba, al mismo tiempo que se oía claramente el sonar de unos pasos. Míster Otis se puso las zapatillas, tomó un frasquito alargado de su tocador y abrió la puerta.

Er war ganz ruhig und fühlte sich den Puls, der durchaus nicht fieberhaft ging. Das sonderbare Geräusch hielt an, und gleichzeitig hörte er deutlich den Laut von Schritten. Er schlüpfte in seine Pantoffeln, nahm aus seinem Reisenecessaire ein längliches Fläschchen und öffnete die Tür.

Y vio frente a él, en el pálido claro de luna, a un viejo de aspecto terrible. Sus ojos parecían carbones encendidos. Una larga cabellera gris caía en mechones revueltos sobre sus hombros. Sus ropas, de corte anticuado, estaban manchadas y en jirones. De sus muñecas y de sus tobillos colgaban unas pesadas cadenas y unos grilletes herrumbrosos.

Genau vor sich erblickte er im bleichen Mondlicht einen abscheulich aussehenden alten Mann. Seine Augen waren rot wie glühende Kohlen, langes graues Haar fiel ihm in wirren Strähnen über die Schultern, seine Kleidung, von altertümlichem Schnitt, war beschmutzt und zerrissen, und von seinen Handgelenken und Fußknöcheln hingen schwere, rostige Fesseln.

—Mi distinguido señor —dijo míster Otis—, permítame que le ruegue vivamente que se engrase esas cadenas. Le he traído para ello una botella del engrasador «Tammany-Sol-Levante». Dicen que una sola untura es eficacísima, y en la etiqueta hay varios certificados de nuestros teólogos más ilustres, que dan fe de ello. Voy a dejársela aquí, al lado de las mecedoras, y tendré un verdadero placer en proporcionarle más, si así lo desea.

„Verehrter Herr“, sagte Mr. Otis, „ich muß wirklich darauf dringen, daß Sie diese Ketten ölen, und habe Ihnen zu diesem Zweck ein Fläschchen Tammany-Sonnenaufgang-Öl mitgebracht. Es soll bereits bei einmaliger Anwendung volle Wirkung erzielen, und auf der Hülle befinden sich mehrere diesbezügliche Gutachten von einigen Geistlichen, die zu den bedeutendsten unseres Landes gehören. Ich lege es Ihnen hier neben die Leuchter und werde Sie bei Bedarf gern mit weiteren versorgen.“

Dicho lo cual el ministro de los Estados Unidos dejó el frasquito sobre una mesa de mármol, cerró la puerta y se volvió a meter en la cama.

Bei diesen Worten legte der Gesandte der Vereinigten Staaten das Fläschchen auf einen Marmortisch, schloss seine Tür und legte sich wieder ins Bett.

El fantasma de Canterville permaneció algunos minutos inmóvil de indignación. Después, tiró, lleno de rabia, el frasquito contra el suelo encerado y huyó por el corredor, lanzando gruñidos cavernosos y despidiendo una extraña luz verde.

Einen Augenblick stand das Gespenst von Canterville völlig reglos vor aufrichtiger Empörung; dann schmetterte es die Flasche heftig auf den polierten Boden und floh den Gang hinunter, wobei es hohle Seufzer ausstieß und ein geisterhaft grünes Licht verströmte.

Sin embargo, cuando llegaba a la gran escalera de roble, se abrió de repente una puerta. Aparecieron dos siluetas infantiles, vestidas de blanco, y una voluminosa almohada le rozó la cabeza.

Doch just als es den obersten Absatz der großen Eichentreppe erreichte, flog eine Tür auf, zwei kleine Gestalten in weißen Nachthemden erschienen, und ein großes Kissen pfiff an seinem Kopf vorbei.

Evidentemente, no había tiempo que perder; así es que, utilizando como medio de fuga la cuarta dimensión del espacio, se desvaneció a través del estuco, y la casa recobró su tranquilidad.

Es war offensichtlich keine Zeit zu verlieren, und indem es sich schleunigst der vierten Dimension als Fluchtweg bediente, verschwand es durch die Wandtäfelung, und im Hause wurde es still.

Llegado a un cuartito secreto del ala izquierda, se adosó a un rayo de luna para tomar aliento, y se puso a reflexionar para darse cuenta de su situación.

Als das Gespenst ein kleines Geheimgemach im linken Flügel erreicht hatte, lehnte es sich an einen Mondstrahl, um Atem zu holen, und versuchte sich über seine Lage klar zuwerden.

Jamás en toda su brillante carrera, que duraba ya trescientos años seguidos, fue injuriado tan groseramente.

Niemals in seiner glänzenden und ununterbrochenen Laufbahn durch drei Jahrhunderte war es so grob beleidigt worden.

Se acordó de la duquesa viuda, en quien provocó una crisis de terror, estando mirándose al espejo, cubierta de brillantes y de encajes; de las cuatro doncellas a quienes había enloquecido, produciéndoles convulsiones histéricas, sólo con hacerlas visajes entre las cortinas de una de las habitaciones destinadas a invitados; del rector de la parroquia, cuya vela apagó de un soplo cuando volvía el buen señor de la biblioteca a una hora avanzada, y que desde entonces se convirtió en mártir de toda clase de alteraciones nerviosas; de la vieja señora de Tremouillac, que, al despertarse a medianoche, le vio sentado en un sillón, al lado de la lumbre, en forma de esqueleto, entretenido en leer el diario que redactaba ella de su vida, y que de resultas de la impresión tuvo que guardar cama durante seis meses, víctima de un ataque cerebral. Una vez curada se reconcilió con la iglesia y rompió toda clase de relaciones con el señalado escéptico monsieur de Voltaire.

Es dachte an die Herzoginwitwe, die vor Schreck einen Anfall bekommen hatte, als sie in ihren Spitzen und Diamanten vor dem Spiegel stand; an die vier Hausmädchen, die in hysterische Schreikrämpfe verfallen waren, obwohl es sie doch nur durch die Bettvorhänge eines der Fremdenzimmer angegrinst hatte; an den Pfarrherrn der Gemeinde, dem es die Kerze ausblies, als er eines Abends spät aus der Bibliothek kam, und der seitdem bei Sir William Gull in Dauerbehandlung war, ein wahrer Märtyrer zerrütteter Nerven, und an die alte Madame de Tremouillac, die eines frühen Morgens erwacht war und ein Skelett erblickt hatte, das in einem Lehnstuhl am Kamin saß und ihr Tagebuch las; worauf sie mit Gehirnentzündung sechs Wochen das Bett hüten mußte, sich nach ihrer Genesung mit der Kirche aussöhnte und ihre Beziehung zu jenem berüchtigten Skeptiker Monsieur de Voltaire abbrach.

Recordó igualmente la noche terrible en que el bribón de lord Canterville fue hallado agonizante en su tocador, con una sota de espadas hundida en la garganta, viéndose obligado a confesar que por medio de aquella carta había timado la suma de diez mil libras a Carlos Fos, en casa de Grookford. Y juraba que aquella carta se la hizo tragar el fantasma.

Es erinnerte sich an die schreckliche Nacht, als der versuchte Lord Canterville dem Ersticken nahe an dem Karobuben, der ihm halb im Halse steckte, in seinem Ankleidezimmer gefunden wurde und angesichts seines Todes gestand, durch eben diese Karte Charles James Fox im Crockford-Club um fünfzigtausend Pfund geprellt zu haben, und schwur, er sei von dem Gespenst gezwungen worden, die Karte zu verschlingen.

Todas sus grandes hazañas le volvían a la mente. Vio desfilar al mayordomo que se levantó la tapa de los sesos por haber visto una mano verde tamborilear sobre los cristales, y la bella lady Steefield, condenada a llevar alrededor del cuello un collar de terciopelo negro para tapar la señal de cinco dedos, impresos como un hierro candente sobre su blanca piel, y que terminó por ahogarse en el vivero que había al extremo de la Avenida Real.

All seine großen Heldentaten kamen ihm wieder in den Sinn, angefangen von dem Butler, der sich in der Speisekammer erschoss, weil er eine grüne Hand an die Fensterscheibe hatte pochen sehen, bis zu der schönen Lady Stutfield, die notgedrungen stets ein schwarzes Samtband um den Hals tragen mußte, um die Male von fünf Fingern zu verbergen, die in ihre weiße Haut eingebrannt waren, und die sich schließlich in dem Karpfenteich am Ende der Königsallee ertränkte.

Y, lleno del entusiasmo ególatra del verdadero artista, pasó revista a sus creaciones más célebres. Se dedicó una amarga sonrisa al evocar su última aparición en el papel de «Rubén el Rojo», o «el rorro estrangulado», su «debut» en el «Gibeén, el Vampiro flaco del páramo de Bevley», y el furor que causó una tarde encantadora de junio sólo con jugar a los bolos con sus propios huesos sobre el campo de hierba de «lawn-tennis».

Mit der schwärmerischen Selbstüberhebung des wahren Künstlers ging das Gespenst seine berühmtesten Darstellungen durch, und mit bitterem Lächeln gedachte es seines letzten Auftretens als ‘Roter Ruben oder Der erwürgte Säugling’, seines Debuts als ‘Hagerer Gibeon, der Blutsauger vom Bexley-Moor’ und des begeisterten Beifalls, den es an einem lieblichen Juniabend erntete, als es auf einem Tennisplatz bloß mit seinen eigenen Knochen kegelte.

¿Y todo para qué? ¡Para que unos miserables americanos le ofreciesen el engrasador marca «Sol-Levante» y le tirasen almohadas a la cabeza! Era realmente intolerable. Además, la historia nos enseña que jamás fue tratado ningún fantasma de aquella manera.

Und nach all dem sollten ein paar nichtswürdige moderne Amerikaner daherkommen und ihm Sonnenaufgang-Öl anbieten und ihm Kissen an, den Kopf werfen! Es war einfach unerträglich. Nebenbei gesagt, war nie in der Geschichte ein Gespenst derartig behandelt worden.

Llegó a la conclusión de que era preciso tomarse la revancha, y permaneció hasta el amanecer en actitud de profunda meditación.

Folglich beschloss es, sich zu rächen, und blieb bis zum Tagesanbruch in einer Haltung tiefen Sinnens.

Capitulo III

Kapitel III

Cuando a la mañana siguiente el almuerzo reunió a la familia Otis, se discutió extensamente acerca del fantasma. El ministro de los Estados Unidos estaba, como era natural, un poco ofendido viendo que su ofrecimiento no había sido aceptado.

Als sich die Familie Otis am nächsten Morgen beim Frühstück zusammenfand, wurde recht ausführlich über das Gespenst gesprochen. Der Gesandte der Vereinigten Staaten war natürlich ein wenig verärgert, als er feststellte, daß seine Gabe verschmäht worden war.

—No quisiera en modo alguno injuriar personalmente al fantasma —dijo —, y reconozco que, dada la larga duración de su estancia en la casa, no era nada cortés tirarle una almohada a la cabeza… Siento tener que decir que esta observación tan justa provocó una explosión de risa en los gemelos.

„Ich hege nicht das Verlangen, dem Gespenst eine persönliche Kränkung zuzufügen“, bemerkte er, „und ich muß sagen, daß ich es in Anbetracht seines langen Aufenthalts im Hause für keineswegs höflich halte, Kissen nach ihm zu werfen“ - eine sehr zutreffende Bemerkung, über die jedoch die Zwillinge, wie ich leider zugeben muß, in jubelndes Gelächter ausbrachen.

—Pero, por otro lado —prosiguió míster Otis—, si se empeña, sin más ni más, en no hacer uso del engrasador marca «Sol-Levante», nos veremos precisados a quitarle las cadenas. No habría manera de dormir con todo ese ruido a la puerta de las alcobas.

„Andrerseits“, fuhr er fort, „wenn es sich wirklich weigert, das Sonnenaufgang-Öl zu benutzen, werden wir ihm wohl seine Ketten abnehmen müssen. Bei einem solchen Lärm vor den Schlafzimmern dürfte es unmöglich sein, zur Ruhe zu kommen.“

Pero, sin embargo, en el resto de la semana no fueron molestados. Lo único que les llamó la atención fue la reaparición continua de la mancha de sangre sobre el «parquet» de la biblioteca.

Den Rest der Woche blieben sie jedoch ungestört; das einzige, was ihre Aufmerksamkeit erregte, war die ständige Erneuerung des Blutflecks auf dem Fußboden der Bibliothek.

Era realmente muy extraño, tanto más cuanto que mistress Otis cerraba la puerta con llave por la noche, igual que las ventanas.

Das war höchst verwunderlich, weil Mr. Otis jeden Abend die Tür abschloss und die Fenster fest verriegelt hielt.

Los cambios de color que sufría la mancha, comparables a los de un camaleón, produjeron asimismo frecuentes comentarios en la familia. Una mañana era de un rojo oscuro, casi violáceo; otras veces era bermellón; luego, de un púrpura espléndido, y un día, cuando bajaron a rezar, según los ritos sencillos de la libre iglesia episcopal reformada de América, la encontraron de un hermoso verde esmeralda.

Auch gab die chamäleonartige Färbung des Flecks Anlass zu vielen Deutungen. An manchen Morgen war er dunkel (fast indischrot), dann wieder scharlachfarben oder von einem kräftigen Purpur, und einmal, als sie sich zum häuslichen Gebet nach den schlichten Bräuchen der amerikanischen Freien Reformierten Episkopalkirche versammelten, fanden sie ihn in leuchtendem Smaragdgrün.

Como era natural, estos cambios kaleidoscópicos divirtieron grandemente a la reunión y hacíanse apuestas todas las noches con entera tranquilidad. La única persona que no tomó parte en la broma fue la joven Virginia. Por razones ignoradas, sentíase siempre impresionada ante la mancha de sangre, y estuvo a punto de llorar la mañana que apareció verde esmeralda.

Dieser kaleidoskopartige Wechsel bereitete der Familie natürlich viel Vergnügen, und jeden Abend wurden zwanglos Wetten darüber abgeschlossen. Die einzige, die sich an dem Spaß nicht beteiligte, war die kleine Virginia, die der, Anblick des Blutflecks aus irgendeinem unbekannten Grund stets betrübte und die an jenem Morgen, als er smaragdgrün war, fast geweint hätte.

El fantasma hizo su aparición el domingo por la noche. Al poco tiempo de estar todos ellos acostados, les alarmó un enorme estrépito que se oyó en el «hall».

Das zweitemal erschien das Gespenst in der Sonntagnacht. Kurz nachdem alle zu Bett gegangen waren, wurden sie plötzlich durch einen fürchterlichen Krach in der Halle aufgeschreckt.

Bajaron apresuradamente, y se encontraron con que una armadura completa se había desprendido de su soporte, cayendo sobre las losas. Cerca de allí, sentado en un sillón de alto respaldo, el fantasma de Canterville se restregaba las rodillas, con una expresión de agudo dolor sobre su rostro.

Sie eilten hinunter und entdeckten, daß eine vollständige alte Rüstung von ihrem Gestell auf den Steinfußboden gefallen war, während das Gespenst von Canterville in einem hochlehnigen Armstuhl saß und sich mit einem Ausdruck heftiger Seelenpein die Knie rieb.

Los gemelos, que se habían provisto de sus cañas de majuelos, le lanzaron inmediatamente dos huesos, con esa seguridad de puntería que sólo se adquiere a fuerza de largos y pacientes ejercicios sobre el profesor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los Estados Unidos mantenía al fantasma bajo la amenaza de su revólver, y, conforme a la etiqueta californiana, le instaba a levantar los brazos.

Die Zwillinge, die ihre Blasrohre mitgebracht hatten, schossen sogleich zwei Kügelchen auf das Gespenst ab, und zwar mit einer Zielsicherheit, die man nur durch lange und sorgfältige Übung an einem Schreiblehrer erwerben kann, und der Gesandte der Vereinigten Staaten richtete seinen Revolver auf das Gespenst und forderte es nach guter kalifornischer Sitte auf, die Hände hochzuheben!

El fantasma se alzó bruscamente, lanzando un grito de furor salvaje, y se disipó en medio de ellos, como una niebla, apagando de paso la vela de Washington Otis y dejándolos a todos en la mayor oscuridad.

Mit einem wilden Schrei der Wut sprang das Gespenst auf und fegte wie ein Nebel durch ihre Mitte, wobei es im Vorüberstreichen Washington Otis’ Kerze auslöschte und sie in völliger Dunkelheit zurückließ.

Cuando llegó a lo alto de la escalera, una vez dueño de sí, se decidió a lanzar su célebre repique de carcajadas satánicas. Contaba la gente que aquello hizo encanecer en una sola noche el peluquín de lord Raker.

Als es den obersten Treppenabsatz erreicht hatte, fing es sich wieder und beschloss, in sein berühmtes dämonisches Gelächter auszubrechen. Das hatte es bei mehr als einer Gelegenheit als ungemein nützlich erkannt.

Y que no necesitaron más de tres sucesivas amas de gobierno para decidirse a «dimitir» antes de terminar el primer mes en su cargo.

Es hieß, Lord Rakers Perücke sei deswegen in einer einzigen Nacht ergraut, und ganz gewiss hatte es drei von Lady Cantervilles französischen Gouvernanten veranlasst, fristlos zu kündigen.

Por consiguiente, lanzó una carcajada más horrible, despertando paulatinamente los ecos en las antiguas bóvedas; pero, apagados éstos, se abrió una puerta y apareció, vestida de azul claro, mistress Otis.

Also lachte es sein grässlichstes Lachen, bis es von dem alten Deckengewölbe ein übers andere Mal widerhallte; doch kaum war das grausige Echo erstorben, da tat sich eine Tür auf, und Mrs. Otis trat in einem lichtblauen Morgenrock heraus.

—Me temo —dijo la dama- que esté usted indispuesto, y aquí le traigo un frasco de la tintura del doctor Dobell. Si se trata de una indigestión, esto le sentará bien.

„Ich fürchte, Ihnen ist nicht recht wohl“, sagte sie, „deshalb bringe ich Ihnen eine Flasche Dr. Dobells Tropfen. Falls Sie an schlechter Verdauung leiden, werden Sie darin ein ganz vorzügliches Heilmittel finden.“

El fantasma la miró con ojos llameantes de furor y se creyó en el deber de metamorfosearse en un gran perro negro. Era un truco que le había dado una reputación merecidísima, y al cual atribuía la idiotez incurable del tío de lord Canterville, el honorable Tomás Horton.

Das Gespenst glotzte sie wütend an und machte sogleich Anstalten, sich in einen großen schwarzen Hund zu verwandeln, ein Kunststück, für das es mit Recht berühmt war und dem der Hausarzt die permanente Idiotie des Ehrenwerten Thomas Horton, Lord Cantervilles Onkel, zuschrieb.

Pero un ruido de pasos que se acercaban le hizo vacilar en su cruel determinación, y se contentó con volverse un poco fosforescente. En seguida se desvaneció, después de lanzar un gemido sepulcral, porque los gemelos iban a darle alcance.

Das Geräusch näher kommender Schritte machte es jedoch unschlüssig in seinem grausamen Vorhaben; deshalb begnügte es sich damit, schwach zu phosphoreszieren, und verschwand mit einem tiefen Kirchhofsseufzer gerade in dem Augenblick, als die Zwillinge bei ihm angelangt waren.

Una vez en su habitación sintióse destrozado, presa de la agitación más violenta.

In seiner Kammer brach es dann völlig zusammen, eine Beute der heftigsten Gemütsbewegung.

La ordinariez de los gemelos, el grosero materialismo de mistress Otis, todo aquello resultaba realmente vejatorio; pero lo que más le humillaba era no tener ya fuerzas para llevar una armadura.

Das pöbelhafte Benehmen der Zwillinge und der unfeine Materialismus dieser Mrs. Otis waren natürlich im höchsten Grade ärgerlich; am meisten brachte es jedoch wirklich zur Verzweiflung, daß es nicht imstande gewesen war, die Rüstung zu tragen.

Contaba con hacer impresión aun en unos americanos modernos, con hacerles estremecer a la vista de un espectro acorazado, ya que no por motivos razonables, al menos por deferencia hacia su poeta nacional Longfellow, cuyas poesías, delicadas y atrayentes, habíanle ayudado con frecuencia a matar el tiempo, mientras los Canterville estaban el Londres. Además, era su propia armadura.

Es hatte gehofft, sogar moderne Amerikaner würden beim Anblick eines ‘Geistes im Harnisch’ schaudern, wenn schon aus keinem vernünftigeren Grund, so doch wenigstens aus Achtung vor ihrem Nationaldichter Longfellow, über dessen anmutiger und reizvoller Poesie es selbst manch leidige Stunde verbracht hatte, wenn die Cantervilles in London waren. Noch dazu war es seine eigene Rüstung!

La llevó con éxito en el torneo de Kenilworth, siendo felicitado calurosamente por la Reina-Virgen en persona.

Es hatte sie mit großem Erfolg bei dem Turnier von Kenilworth getragen und war deswegen von niemand Geringerem als der jungfräulichen Königin mit schmeichelhaften Komplimenten bedacht worden.

Pero cuando quiso ponérsela quedó aplastado por completo con el peso de la enorme coraza y del yelmo de acero. Y se desplomó pesadamente sobre las losas de piedra, despellejándose las rodillas y contusionándose la muñeca derecha.

Als es sie jedoch vorhin hatte anlegen wollen, war es von dem Gewicht des mächtigen Brustharnischs und der stählernen Sturmhaube völlig niedergedrückt worden und schwer auf den Steinboden gestürzt, wobei es sich heftig die Knie aufgeschlagen und die Knöchel zerschunden hatte.

Durante varios días estuvo malísimo y no pudo salir de su morada más que lo necesario para mantener en buen estado la mancha de sangre.

Noch mehrere Tage danach fühlte sich das Gespenst schwerkrank und rührte sich kaum aus seinem Gemach, außer um den Blutfleck in geziemendem Zustand zu erhalten.

No obstante lo cual, a fuerza de cuidados acabó por restablecerse y decidió hacer una tercera tentativa para aterrorizar al ministro de los Estados Unidos y a su familia.

Da es sich jedoch sehr in acht nahm, erholte es sich wieder und beschloss, ein drittes Mal zu versuchen, ob es dem Gesandten der Vereinigten Staaten und seiner Familie nicht einen Schreck einjagen könne.

Eligió para su reaparición en escena el viernes 17 de agosto, consagrando gran parte del día a pasar revista a sus trajes. Su elección recayó al fin en un sombrero de ala levantada por un lado y caída del otro, con una pluma roja; en un sudario deshilachado por las mangas y el cuello y, por último, en un puñal mohoso.

Es wählte für sein Erscheinen Freitag, den 17. August, und verbrachte den größten Teil dieses Tages damit, seine Garderobe zu prüfen, bis es sich schließlich für einen gewaltigen Schlapphut mit roter Feder, ein Leichenhemd mit Falbeln an Hals und Handgelenken und einen rostigen Dolch entschied.

Al atardecer estalló una gran tormenta. El viento era tan fuerte que sacudía y cerraba violentamente las puertas y ventanas de la vetusta casa. Realmente aquél era el tiempo que le convenía. He aquí lo que pensaba hacer:

Gegen Abend ging ein heftiger Platzregen nieder, und der Wind blies so stark, daß alle Fenster und Türen in dem alten Haus rüttelten und klapperten. Das war allerdings genau das Wetter, das es liebte. Sein Gefechtsplan war folgender:

Iría sigilosamente a la habitación de Washington Otis, le musitaría unas frases ininteligibles, quedándose al pie de la cama, y le hundiría tres veces seguidas el puñal en la garganta, a los sones de una música apagada.

Es wollte lautlos in Washington Otis’ Zimmer schleichen, ihm vom Fußende des Bettes kauderwelsches Zeug zuschnattern und sich zum Klang einer getragenen Musik dreimal den Dolch in die Kehle stoßen.

Odiaba sobre todo a Washington, porque sabía perfectamente que era él quien acostumbraba quitar la famosa mancha de sangre de Canterville, empleando el «limpiador incomparable de Pinkerton».

Gegen Washington hegte es besonderen Groll, da ihm völlig klar war, daß dieser den berühmten Blutfleck von Canterville durch Pinktertons Intensivreiniger zu entfernen pflegte.

Después de reducir al temerario, al despreocupado joven, entraría en la habitación que ocupaba el ministro de los Estados Unidos y su mujer. Una vez allí, colocara una mano viscosa sobre la frente de mistress Otis, y al mismo tiempo murmuraría, con voz sorda, al oído del ministro tembloroso, los secretos terribles del osario.

Wenn es den rücksichtslosen und dummdreisten Jüngling in einen Zustand elendiglichen Grausens versetzt hatte, wollte es weitergehen zu dem Zimmer, das der Gesandte der Vereinigten Staaten und seine Frau innehatten, und dort eine feuchtkalte Hand auf Mrs. Otis’ Stirn legen, während es ihrem zitternden Gatten die grässlichsten Geheimnisse des Beinhauses ins Ohr zischte.

En cuanto a la pequeña Virginia, aún no tenía decidido nada. No lo había insultado nunca. Era bonita y cariñosa.

Hinsichtlich der kleinen Virginia war es noch zu keinem Entschluss gekommen. Es war von ihr nie auf irgendeine Weise beleidigt worden, und sie war hübsch und freundlich.

Unos cuantos gruñidos sordos, que saliesen del armario, le parecían más que suficientes, y si no bastaban para despertarla, llegaría hasta tirarla de la puntita de la nariz con sus dedos rígidos por la parálisis.

Ein paar hohle Seufzer aus dem Kleiderschrank hielt es für mehr als ausreichend, und wenn sie das nicht weckte, könnte es vielleicht mit krampfhaft zuckenden Fingern an ihrer Bettdecke krabbeln.

A los gemelos estaba resuelto a darles una lección: lo primero que haría sería sentarse sobre sus pechos, con el objeto de producirles la sensación de pesadilla. Luego, aprovechando que sus camas estaban muy juntas, se alzaría en el espacio libre entre ellas, con el aspecto de un cadáver verde y frío como el hielo, hasta que se quedaran paralizados de terror.

Was die Zwillinge betraf, so war es fest entschlossen, ihnen eine Lehre zu erteilen. Zunächst mußte es sich ihnen natürlich auf die Brust setzen, um das erstickende Gefühl eines Alpdrucks hervorzurufen.

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